Las autoridades británicas han suavizado las fuertes restricciones de seguridad que impusieron en los aeropuertos en agosto, tras descubrirse un supuesto complot terrorista. Desde ayer los pasajeros que tomen un vuelo en el Reino Unido pueden subir a bordo con el equipaje de mano de dimensiones estándar (56 centímetros de largo por 45 de ancho), establecido en el mundo por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).

El Gobierno ha cedido a la presión de las compañías, deseosas de que se suprimieran las prohibiciones establecidas tras la alerta desatada por la desarticulación de un grupo que tenía previsto hacer estallar varios aviones cuyo destino era EEUU.

Los viajeros podrán llevar consigo nuevamente un equipaje convencional. Sin embargo, seguirán prohibidos los líquidos y geles, a excepción de biberones o medicinas acompañadas de una receta médica. Los responsables del Ministerio de Transportes británico argumentaron que el equipaje aceptado por la IATA tenía unas dimensiones demasiado grandes para poder ser inspeccionado adecuadamente al pasar por las máquinas de rayos X. La propuesta ministerial de reducir el tamaño del equipaje ha quedado finalmente descartada, ante las protestas de las compañías aéreas, preocupadas por la confusión que una medida de ese tipo causaría entre los pasajeros y las pérdidas derivadas de las conexiones frustradas.

PERDIDAS CUANTIOSAS El aeropuerto londinense de Heathrow ha perdido más de 250.000 conexiones de vuelos, desde que se impusieron las medidas de seguridad, porque los pasajeros internacionales han preferido cambiar de avión en París, Fráncfort o Amsterdam, según The Times.

Un grupo de profesionales especialmente afectado por las restricciones celebraba ayer la vuelta a la normalidad. Los músicos de las orquestas británicas podrán a partir de ahora viajar como hacían antes, con sus instrumentos en la cabina de los aviones. Esos instrumentos habían sido relegados a la bodega, lo que ha provocado protestas y la suspensión de varios conciertos. También se permitirá a los viajeros llevar en la mano los ordenadores portátiles y otros aparatos eléctricos.