Gran Bretaña y Polonia amenazan con hundir a la Unión Europea (UE) en una crisis sin fin. Las nuevas exigencias euroescépticas del saliente primer ministro británico, Tony Blair, y el ultranacionalismo de los gemelos Lech y Jaroslaw Kaczynski, presidente y primer ministro de Polonia, mantienen bloqueadas las negociaciones del nuevo tratado de la UE, que debe pactarse en la cumbre europea que comenzará hoy en Bruselas. Sin un acuerdo sobre ese nuevo tratado con una amplia reforma institucional, la UE seguirá paralizada por la actual crisis política, desencadenada por el rechazo del proyecto de Constitución europea hace dos años por los referendos en Francia y Holanda.

LA ESENCIA DEL PROYECTO La cancillera alemana y presidenta semestral de la UE, Angela Merkel, ha propuesto a los líderes de los Veintisiete incorporar la esencia del proyecto de Constitución al nuevo tratado europeo, para reforzar la legitimidad democrática y la capacidad de actuación de la UE ante los desafíos de la mundialización y las nuevas amenazas del siglo XXI.

Merkel cuenta con el respaldo de España, Francia, Italia y la mayoría de países comunitarios. Francia --pese al no del referendo del 2005-- está dispuesta a integrar en ese nuevo tratado las reformas sustanciales previstas en el proyecto de Constitución. La supresión de la forma de tratado constitucional y de algunos de sus elementos, como la mención a los símbolos de la UE, permitirá al presidente francés, Nicolas Sarkozy, aprobar el nuevo tratado por vía parlamentaria. España calificó la propuesta de compromiso alemana de "muy buena base de negociación", porque recoge las reformas reivindicadas en el documento hispano-francés del pasado domingo.

Por el contrario, Gran Bretaña y Polonia encabezan el rechazo a la propuesta. Blair, pese haber suscrito el proyecto de Constitución en el 2004, ha sorprendido a los demás socios con la exigencia de reducir la capacidad de actuación exterior de la UE y de privar de poderes efectivos al futuro ministro europeo de Asuntos Exteriores. Blair también rechaza que la Carta de Derechos Fundamentales sea vinculante, que la legislación europea de justicia e interior pueda adoptarse por mayoría cualificada y reducir su poder de veto. Polonia mantuvo ayer sus amenazas de veto al nuevo tratado si no se modifica el sistema de doble mayoría, porque consideran que da demasiado poder a Alemania y demasiado poco a Polonia. Los ultraconservadores gemelos Kaczynski también se oponen a la creación del ministro de Asuntos Exteriores y reclaman una referencia al cristianismo en el preámbulo del nuevo tratado. España, por su parte, es el país donde más crece el sentir europeísta entre la ciudadanía, según un sondeo publicado ayer por la Comisión Europea.