Tras 49 días de resistencia civil pacífica, el frustrado aspirante presidencial mexicano de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), anunció una "nueva etapa de lucha por la justicia, la libertad y la democracia", así como el inicio de la "construcción de una nueva República", al presidir ayer por la tarde la Convención Nacional Democrática en la gran plaza central del Zócalo, donde por la mañana el presidente, Vicente Fox, pasó revista a las tropas al iniciar el desfile militar del día de la Independencia.

Tras una ceremonia del Grito, partida la noche anterior entre la capital y Guanajuato, López Obrador lanzó su grito particular: "¡No me voy a rendir, vamos a seguir luchando sin claudicar!". Mientras, en la localidad de Dolores Hidalgo (Guanajuato), la noche del viernes (madrugada de ayer en España), Fox sumó a los tradicionales vivas a los héroes independentistas tres nuevos vítores: "A la democracia, las instituciones y la unidad de las y los mexicanos".

DOS FRENTES Más de tres millares de militares del estado mayor presidencial desplegaron un impresionante sistema de seguridad y corearon los gritos de rigor. Al mismo tiempo, en una rebosante plaza del Zócalo, el alcalde de la capital incorporó a su arenga vivas a Benito Juárez y a "la soberanía popular", mientras la gente silbaba al ministro de Gobernación, Carlos Abascal.

López Obrador asistió a la tradicional ceremonia desde el templete en el que había dirigido la resistencia civil tras perder las elecciones presidenciales del pasado 2 de julio, y que fue desmantelado después de medianoche para dar paso a los soldados y espacio a las tribunas oficiales del desfile.

Sus seguidores gritaron hasta el cansancio "¡Obrador, Obrador!" y celebraron con gritos de "¡Sí se pudo, sí se pudo!" el hecho de haber mantenido la gran plaza central ocupada incluso después de levantar los campamentos en los que muchos de ellos durmieron más de mes y medio junto a su dirigente.