Una de las primeras medidas de Raúl Castro fue autorizar la compra de móviles y ordenadores.

En marzo forzó el cese del ministro de Exteriores Felipe Pérez Roque, y Carlos Lage, el vicepresidente.

En enero viajó a Rusia (por primera vez desde la caída de la URSS), tras retomar en octubre contactos con la UE.