Dominique pertenece a la Francia silenciosa que ni hace huelga ni se manifiesta contra la reforma de las pensiones y que no entiende que "unos pocos bloqueen el país por dos años más de trabajo".

Este pescadero de 46 años empieza su larga jornada a las tres de la madrugada. El viernes, a las cuatro, estaba llenando el depósito "sin problemas" en una gasolinera de las afueras de París antes de ir a buscar la mercancía que ofrece a sus clientes en el mercado al aire libre de Saint-Cloud.

"Los franceses tienen un problema con el trabajo, son una panda de mimados y de perezosos. Curran menos de 35 horas por semana y encima quieren un buen salario. La cosa no funciona. Si no cotizamos más no habrá dinero para pagar las jubilaciones, está claro", razona mientras limpia unas vieiras que aún se mueven.

"Este es un país de asistidos y de personas con falta de coraje. Nuestra economía es frágil y en lugar de coger el toro por los cuernos, luchamos para trabajar cada vez menos. Es una cultura absurda dominada por los sindicatos", remacha.

Este trabajador autónomo con una "semana laboral de 60 horas" considera "lamentable" que "chavales de 15 años que no saben lo que es el trabajo" protesten por las pensiones. "Ni siquiera saben por qué se manifiestan", afirma.

En su opinión, no hay duda de que "están manipulados" por una izquierda que, "si estuviera en el poder, haría lo mismo que Sarkozy".

Dominique también es muy crítico con una juventud que se precipita sobre la universidad y cuando sale se encuentra en el paro. "No es verdad que no haya trabajo, lo que pasa es que nadie quiere hacer de carnicero, ni de lampista o electricista. Faltan personas para hacer oficios de terreno como el mío", sostiene. Dominique no oculta que en las elecciones del 2007 votó a Sarkozy y suscribe completamente al lema que popularizó el jefe del Estado cuando era candidato: Trabajar más para ganar más. Por eso confía en que el presidente "aguante" el pulso.

"Ha ido tan lejos que no puede dar marcha atrás, y tiene toda la razón", concluye. E. R.