Desagradable. Intercambio de golpes. El debate del rencor. No muy civilizado. Estas son algunas de las frases con las que la prensa estadounidense calificaba ayer el debate televisado que el lunes mantuvieron los candidatos demócratas en Carolina del Sur. Estuvo John Edwards, pero el encuentro fue un intercambio de golpes bajos y ataques personales entre los dos favoritos, Hillary Clinton y Barack Obama, que mantienen una lucha reñida por ganar las primarias del sábado en ese estado.

El debate empezó con un intercambio de golpes. Obama ya había anunciado que iba a responder a lo que considera ataques infundados de la campaña de Clinton, especialmente del expresidente Bill Clinton. Y lo hizo. "Hay veces en las que no sé contra quién compito", dijo sarcásticamente, en referencia al activo y duro papel que ha adoptado el expresidente desde que el senador por Illinois ganara el caucus de Iowa. La táctica Billary podría bautizarse esta división de papeles, en la que ella aparece como la candidata que ofrece propuestas y su marido muerde.

"Hay afirmaciones efectuadas por la senadora y su marido que no están sustentadas por los hechos. Yo creo que lo que la gente quiere es alguien que resuelva los problemas y no recurra a las típicas políticas de Washington", dijo Obama. Pero miembro del establishment no fue lo peor de lo que acusó a Clinton. "Mientras yo trabajaba en las calles (de Chicago) viendo cómo la gente perdía su trabajo, tú eras una abogada de empresa en el consejo de Wal-Mart", afirmó, refiriéndose a que entre 1986 y 1992 Clinton estuvo en el consejo de esa empresa, conocida por sus duras prácticas antisindicales.

Clinton no se calló. Acusó a su adversario de no tener palabra --"Resulta difícil entender lo que Obama dice porque al enfrentarlo a sus palabras siempre dice que no es lo que pretendía decir"-- y de estar vinculado con el empresario Antoin Rezko, imputado de fraude. "Cuando yo estaba luchando contra esas malas ideas (las de Reagan) tú eras un abogado que representaba a tu donante Rezko en sus negocios inmobiliarios de chabolas en Chicago". Obama devolvió 40.000 dólares que recibió de donaciones vinculadas a Rezko.

ABSTENCIONES La senadora también acosó a Obama por haberse abstenido 130 veces en votaciones del Congreso de Illinois, en algunos casos en leyes como mantener sex shops lejos de las escuelas o limitar los derechos de las víctimas de abusos sexuales. "No sé en qué contribuirá esto a solucionar el tema de los niños sin cobertura sanitaria", se quejó un ninguneado Edwards.

Ese es el problema que empiezan a ver en el Partido Demócrata: que si la campaña entre sus dos principales candidatos se convierte en una lucha personal puede acabar pasándoles factura por la imagen de desunión.