¿Responde a un cálculo de interés político y económico, o a una convicción personal que tiene más que ver con la psicología del personaje? De la misma forma que algunos analistas opinan que, además de a los intereses económicos y geoestratégicos, Bush y sus halcones obedecen a un fundamentalismo religioso cuando deciden borrar del mapa a Sadam Husein --aunque sea a costa de arrasar Irak--, el apoyo entusiasta de Aznar puede obedecer a cómo ve su personal papel en la historia.La cruzada contra el terrorismo lanzada por Washington tras los atentados del 11-S vino a reivindicar la política internacional contra ETA de nuestro presidente, víctima él mismo de un atentado frustrado. Poco importa que los norteamericanos mezclaran churras con merinas. Cayeron de pronto las resistencias a la colaboración policial y judicial, y

Aznar se vio compartiendo objetivo y estrategia con el nuevo emperador. Este martes lo consagrará votando guerra con Bush y Blair .