Paraguay amaneció ayer bajo los efectos de la resaca después de la fiesta por la victoria de Fernando Lugo. El exobispo ganador de las elecciones presidenciales no solo ha terminado con el dominio de los colorados , que llevaban más años en el poder que los comunistas chinos. El próximo presidente de Paraguay expresó ayer su deseo de insertar el país en la órbita de "gobiernos progresistas" de América Latina, y en su entorno se baraja la posibilidad de una reforma constitucional que permita profundizar en los cambios.

Aunque Caracas revelara ayer que Lugo se verá con Hugo Chávez "lo más pronto posible", el presidente electo es seguidor de "una línea intermedia" entre el maximalismo del líder venezolano y la izquierda pragmática del brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. La geografía y la historia empujan, además, a Paraguay hacia Brasil y Argentina.

Lugo recibió ayer brevemente a la prensa española y reconoció que la agenda del 2009 debería incluir la reforma de una Constitución escrita en su momento a imagen y semejanza de la élite colorada . "Hay que conseguir que la justicia esté al margen de los partidos", dijo.

LA HORA DE LA TRANSICION "Paraguay año uno", se oyó decir casi a las tres de la madrugada del lunes, cuando Blanca Ovelar, la candidata oficial, apareció ante las cámaras, demacrada y sin maquillaje, para asumir que la ventaja de 10 puntos del exobispo era "irreversible". "La dictadura de Alfredo Stroessner fue derrocada en febrero de 1989, pero sus aventajados herederos la recompusieron bajo nuevo disfraz", dijo el diario ABC en su editorial. A partir de ahora se podrá hablar de transición política con mayor propiedad.

Si bien la era del absolutismo colorado ha concluido, ese partido centenario seguirá controlando muchos gobiernos provinciales. El panorama del Parlamento bicameral es diferente. Si los hasta ahora opositores se unieran, Lugo podría gobernar con mayor comodidad. ¿Será posible? El presidente electo admite la precariedad del equilibrio en su coalición entre variopintas fuerzas de izquierda y conservadores.

Mientras, las expectativas que ha despertado el obispo de los pobres en esta sociedad ya provocan vértigo entre sus asesores. Lugo asumirá la presidencia el próximo 15 de agosto, y le pedirán resultados inmediatos.

CORRUPCION Lugo quiso ser jugador de fútbol, pero se lesionó. Intentó hacer carrera militar y no le dejaron, por pertenecer a una familia opositora a Stroessner. "De haberla hecho, me habría convertido en un general corrupto", le confesó a este enviado. La corrupción es el otro gran tema nacional. En plena jornada electoral, una banda robó más de tres millones de euros de un centro comercial en Ciudad del Este, el imperio del contrabando, la piratería y el lavado de dinero. A su vez, un senador colorado fue acusado de vender carne en mal estado en su supermercado y hubo nuevas invasiones de tierras. Un 2% de los paraguayos poseen el 80% de ellas. Hay 150.000 familias rurales en situación desesperante.

En el 2007, el 1% de los paraguayos abandonaron el país. Una parte de ese exilio económico ya está en España. Lugo esperaba ayer la llamada de José Luis Rodríguez Zapatero. El tema de la inmigración se hizo sentir durante la campaña. En la noche del domingo, simpatizantes de Lugo entregaban en el centro de Asunción pasaportes de cartón con la foto del presidente saliente, Nicanor Duarte. Sobre la fotografía había un sello estampado con letras grandes reclamando que ahora "viajen ellos".