El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, logró ayer una gran victoria en sus terceras elecciones presidenciales desde 1994, con más del 80% de los votos, según sondeos a pie de urna.

Pero el líder opositor, Aleksandr Milinkevich, anunció que no reconocerá estos resultados y llamó a sus seguidores a acudir a la plaza de Octubre de la capital bielorrusa, Minsk, para protestar contra "la farsa electoral". "Estas elecciones no serán reconocidas ni por nosotros ni por los países democráticos", había dicho Milinkevich al cierre de las urnas.

Entre 10.000 y 15.000 personas respondieron al llamamiento y desafiaron la prohibición de las autoridades para congregarse por la noche en los alrededores de la residencia presidencial, cerrada por unas vallas metálicas colocadas por los antidisturbios.

Lukashenko ha prometido "partir el cuello" a los opositores si rechazan en las calles su reelección, de la que afirmó estar seguro al depositar su voto en Minsk. El sondeo a pie de urna, realizado por el centro de estudios de opinión pública Ecoom, subordinado al Gobierno, afirmó que el 82,1% de los bielorrusos votaron a favor de su actual presidente, mientras que sólo el 4,4% apoyó a Milinkevich. Ecoom dio estos datos antes del cierre de los colegios electorales.

La oposición rechazó ese sondeo y ofreció un balance alternativo: el 47% a favor de Lukashenko y el 25% a favor de Milinkevich. Estas cifras fueron obtenidas a pie de urna por el Centro Levada de estudios de la opinión pública. Según la ley electoral bielorrusa, si ninguno de los candidatos supera el 50%, los dos primeros competirán en segunda vuelta. En los comicios participan otros dos candidatos: el oficialista Serguei Gaidukevich y el opositor Alexandr Kozulin. La participación se situó en el 87,8%. Los 1.200 supervisores internacionales no pudieron estar presentes en el escrutinio.