Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Estados Unidos, George Bush, elogiaron ayer en Brasilia el buen momento de las relaciones económicas bilaterales, pero no pudieron disimular las desavenencias por el área de libre comercio continental (ALCA) que impulsa EEUU, y que, en parte, hicieron fracasar la reciente Cumbre de las Américas en la ciudad argentina de Mar del Plata.

Según Lula, esas "diferencias de punto de vista" fueron tratadas en privado "con franqueza, sin sobresaltos". Afuera de la residencia de Lula, los mandatarios debieron escuchar los gritos de los manifestantes que repudiaban la presencia de Bush. La reunión se realizó apenas horas después de que Brasil, junto con sus socios del Mercosur y Venezuela, rechazaran en la cumbre la iniciativa norteamericana de retomar las negociaciones del ALCA.