La nueva Comisión Europea que dirigirá Ursula von der Leyen ya tiene luz verde para tomar posesión del cargo este próximo 1 de diciembre. El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado al nuevo equipo de 26 comisarios, que acompañará a la alemana durante los próximos cinco años, con una mayoría mucho más confortable -461 votos a favor, 157 en contra y 89 abstenciones- de la que ella misma obtuvo en julio pasado cuando fue aupada a la presidencia por un margen de apenas nueve votos.

El nuevo Ejecutivo, que nace sostenido por el Partido Popular Europeo (PPE), el grupo de los Socialistas y Demócratas (S&D) y los liberales de Renew, echará a andar con un mes de retraso respecto al calendario inicial previsto -el 1 de noviembre- y una silla vacía. Es la que dejará el Reino Unido -si no hay nuevos aplazamientos de última hora abandonará la UE el 31 de enero- cuyo Gobierno ha decidido no enviar a ningún candidato a comisario alegando su imposibilidad por estar en precampaña electoral.

Una "situación extraordinaria" que ha generado en las últimas semanas muchas dudas entre los servicios jurídicos de las distintas instituciones europeas y que han quedado despejadas por medio de varias cartas entre Londres y Bruselas. Además, se abrió un procedimiento de infracción contra el Reino Unido con el que la Comisión Europea espera cubrirse las espaldas ante potenciales denuncias de ciudadanos o empresas ante el Tribunal de Justicia de la UE por las decisiones que pueda adoptar un colegio de 27 comisarios cuando la Unión Europea todavía está compuesta por 28 Estados miembros.

OBSTÁCULOS SUPERADOS

Más allá del problema británico, lo que ha obligado a retrasar la entrada en funcionamiento del nuevo equipo han sido los obstáculos que se ha encontrado Von der Leyen desde septiembre para formar su equipo y la decisión de la Eurocámara de tumbar a tres de los aspirantes propuestos por Francia, Hungría y Rumanía por conflictos de interés. De los tres, la de mayor peso fue la francesa Sylvie Goulard, investigada por el supuesto pago con fondos europeos a asistentes que no ejercían tareas relacionadas con la Eurocámara.

Superado ese bache, Von der Leyen se ha visto obligada a realizar otras concesiones en las últimas semanas para evitar fugas entre los socialistas y los liberales. Ha modificado el título de la polémica cartera del griego Margaritis Schinas, que pasará de "proteger" a "promover el estilo de vida europeo", también ha incluido la pesca en las competencias del lituano Virginijus Sinkevicius, inicialmente desaparecidas en combate, y ha añadido los "derechos sociales" a las del luxemburgués Nicholas Schmit, designado comisario de empleo.

Von der Leyen también ha añadido la protección de datos a la cartera del francés Thierry Breton, comisario de mercado interior e industria de la defensa, ha modificado el título de la búlgara Mariya Gabriel para sumar a sus responsabilidades de innovación y juventud también la educación y la cultura y ha trasladado la responsabilidad de la igualdad y los derechos humanos a manos de la checa Vera Jourova.

SIN PLENA PARIDAD

Lo que no ha conseguido la conservadora alemana es formar un colegio absolutamente paritario, tal y como prometió en julio pasado, ya que el nuevo equipo contará con 15 hombres y 12 mujeres. Es un equipo en el que hay casi las mismas mujeres que hombres. Solo estamos a uno de la igualdad total de género y esto es reflejo de que hemos avanzado bastante aunque queda mucho camino por avanzar, ha explicado la presidenta durante el debate celebrado en la Eurocámara. Von der Leyen ha anunciado no obstante que todos los gabinetes serán paritarios y que cuando acabe su mandato habrá igualdad de género a todos los niveles lo que cambiará la cara de la Comisión.

Con el camino ya despejado, von der Leyen podrá empezar desde este domingo desarrollar sus grandes prioridades para los próximos cinco años: la protección del clima, la digitalización de la Unión Europea así como completar la unión económica y monetaria para garantizar una Europa más resistente y competitiva. Son algunos de los ejes que ha desarrollado durante el debate en el ha presentado a su nuevo equipo y las tareas que tendrán a su cargo.

Si hacemos bien nuestro trabajo, la Europa de 2050 será el primer continente neutro en carbono, una potencia digital, la economía que mejor lo hará a la hora de garantizar el equilibrio entre el mercado y el aspecto social y estará a la cabeza en la resolución de conflictos a nivel mundial. La tarea no va a ser fácil pero lo podemos conseguir. Inspirémonos en el espíritu que dio al traste con el Muro de Berlín y el telón de acero, ha reivindicado durante el debate previo a la votación que ha salido adelante pese al rechazo rotundo de la izquierda unitaria europea, de la ultraderecha, incluida la formación española Vox, y la abstención de los Verdes.