Tres meses pueden ser una eternidad, y más en Argentina, donde los efectos de la devaluación, los tarifazos y el imparable aumento de los precios han empezado a erosionar la figura de Mauricio Macri. Es el lapso de tiempo que obtuvo el presidente de los empresarios: 90 días en los que se frenarán los despidos que trastocaron el humor social, provocaron la primera y masiva protesta sindical y le han permitido al peronismo retomar su ofensiva política.

Macri reunió a los representantes de las principales firmas y les arrancó el compromiso de evitar los despidos masivos, que se cuentan por miles miles en los primeros meses de gestión. Los empresarios pactaron no reducir plantillas, generar planes de inversión para promover más puestos de trabajo y trabajar junto al Gobierno y los sindicatos en “una agenda de desarrollo y de mejora de calidad del empleo en el país, sector por sector”.

Jaime Durán Barba, el principal consejero de Macri, a quien se considera verdadero promotor de su carrera a la presidencia, reconoció que "un ajuste brutal" tiene efectos negativos en la imagen de un Gobierno. “Está claro que cuando adopta este tipo de medidas todo mandatario pierde popularidad y por eso algunos dicen que es mejor aplicarlas de un solo golpe”, señaló en un artículo publicado en el diario 'Perfil'. Por eso el mandatario, hijo y heredero de uno de los principales empresarios argentinos, Franco Macri, salpicado por los 'Papeles de Panamá', pidió la ayuda al mundo que mejor conoce: el económico.

GESTO DE APOYO

El gesto de las patronales responde a una clara identificación con el rumbo que ha emprendido el Gobierno. Sus medidas, se señala en el documento suscrito anoche, “son las adecuadas”. Y por eso, “ante el momento de cambio positivo que está viviendo Argentina y de transición económica que genera dificultades de corto plazo”, decidieron darle a Macri un respaldo enfático.

El presidente les agradeció el compromiso y, de paso, criticó al peronismo, en sus distintas variantes, por su decisión de aprobar en el Congreso una ley antidespidos que cuenta con el aval de las centrales obreras. “Hacer política no es reunirse para crear trabas”, les recordó el jefe de Estado. Sin hablar específicamente del ajuste y sus consecuencias, Macri reconoció que la transición que tiene lugar en este país “es dolorosa para muchos”.

El 2016, dijo Macri, es un año difícil. Pero el Gobierno de derechas hace “todo lo posible para salir de la situación en la que nos dejaron y poder crecer”. El 'macrismo' insiste en haber recibido un país arruinado. “Tenemos que acordar el punto de partida, que no es fácil, porque el desorden de la economía, con el 700% de inflación acumulado, ha generado un estancamiento que lleva casi cinco años”, explicó. El propósito de su Gobierno no es solo “conservar los empleos que tenemos sino crear millones de puestos nuevos”. La ley que promueve la oposición, subrayó, no es el camino.

LA REACCIÓN DEL PERONISMO

“Una vez más el país asiste a un acuerdo entre el Gobierno y las empresas para evitar despidos cuando en el Parlamento avanza un proyecto para darle estabilidad a los trabajadores con fuerza de Ley”, advirtió el dirigente peronista Luis Gioja .

“Así como el Gobierno le pide a las empresas que se comprometan a no despedir personal, el Estado también debería firmar un compromiso en esa dirección, pero eso no lo va a hacer porque pretenden seguir echando gente a discreción, por eso es necesaria una Ley”. La norma ya tiene la aprobación del Senado y debe ser discutida en la cámara de Diputados.

“¿Cuál es el temor de someter al tratamiento del Congreso una Ley como la que se propone?, esto nos muestra la poca vocación que tiene el presidente por el respeto a las instituciones de la República e incluso por los diputados de su propio bloque”, añadió Gioja. Por su parte, Hugo Yasky, el secretario general de la Confederación de Trabajadores Argentinos (CTA), una de las cinco centrales sindicales existente, y la que tenía mayor afinidad con Cristina Fernández de Kirchner, calificó elacuerdo entre el Gobierno y los empresarios de "burla" a los trabajadores.