Como si siguiera las órdenes de un director de escena, a veces al clima le gusta ponerse a juego con las circunstancias. Por eso ayer, justo cuando las tropas de Sadam Husein preparaban Bagdad para recibir con una guerra callejera a los soldados de Estados Unidos, una terrible tormenta de arena azotó la capital y convirtió la ciudad en una urbe polvorienta y hostil, el escenario ideal para rodar una película como Mad Max .

El viento --que llegó a derribar a un periodista que estaba entrando en directo para su cadena-- era tan violento que hacía que, a ratos, fuera imposible distinguir si el estruendo se debía a la explosión de los misiles o a las rachas huracanadas. "Parece que hayan llamado a Steven Spielberg", decía un cámara español en referencia a la espesa niebla amarillenta formada por millones de partículas de arena que dificultaban la respiración e inundaban las calles de la ciudad.

De entre esa cegadora muralla arenosa surgían vehículos semejantes a los que aparecían en aquella película de Mel Gibson y Tina Turner. En las principales avenidas y plazas podían verse todoterrenos con la parte de atrás al descubierto, donde habían sido instaladas ametralladoras pesadas. También había motos que llevaban adheridos sidecares con metralletas, veloces y manejables vehículos híbridos ideales para la lucha calle por calle.

TRINCHERAS

Como signo inequívoco de que la batalla decisiva se acerca, numerosas calles aparecieron ayer cortadas por ristras de pinchos metálicos que impedían el paso; los nidos de ametralladora se habían multiplicado en los lugares estratégicos, y en todas partes aparecían trincheras acabadas de excavar.

Todo formaba parte de los preparativos que las fuerzas iraquís realizaban ayer a toda prisa para convertir el asalto estadounidense a Bagdad en una terrible guerra calle por calle. Para ella cuentan con muchas fuerzas.

En las trincheras y barricadas de sacos terreros ya no sólo había militantes armados del Baaz, el partido único en Irak, sino que junto a ellos habían sido desplegados los soldados regulares del Ejército, ausentes hasta hace pocos días. Además de los fedayines (combatientes), Sadam contará con otros cuerpos paramilitares, como el denominado Ejército de Al Quds (Jerusalén, en árabe), formado por voluntarios iraquís entrenados por los mandos del Baaz. La defensa de Bagdad será a muerte. El presidente cuenta para ello con la Guardia Republicana (80.000 hombres) y con dos cuerpos de élite altamente entrenados: la Guardia Republicana Especial (10.000 hombres) y la Guardia Presidencial, 15.000 unidades de máxima élite que forman la guardia pretoriana del presidente.

La cercanía de las tropas estadounidenses, que ayer quedó patente con el ataque aéreo al aeropuerto Sadam de Bagdad, se tradujo en un creciente nerviosismo. Los civiles armados dejaron de ser simpáticos con los extranjeros para empezar a sospechar con su sola presencia. A este periodista y a una colega los tuvieron retenidos durante unos interminables minutos sólo porque habían preguntado a unos milicianos dónde se encontraba la embajada cubana.

CRECE EL NERVIOSISMO

Antes, y sólo por señalar desde el coche un edificio bombardeado, un periodista se había ganado la reprimenda del chófer. "¡Maldita sea!--gritó-- Le he dicho mil veces que no señale. Estamos cerca de los palacios, aquí hay cámaras por todas partes y, si le ven señalar, van a tomarle por espía. Y entonces le harán desaparecer y ni yo ni nadie podrá hacer nada por usted".