Las palabras de dolor de la madre de Jean-Charles de Menezes, el joven brasileño inocente acribillado por la policía británica en el metro de Londres, conmovieron ayer al Reino Unido. "No sólo han acabado con la vida de mi hijo, también lo han hecho con la mía", explicó entre lágrimas la desconsolada mujer a las cámaras de la BBC el día en el que se cumplía un mes de la muerte por error del joven electricista, al ser confundido por los agentes con un terrorista.

Desde su humilde casa en la localidad de Gonzagas, en Brasil, la madre reclamó: "Quiero que sea castigado el policía que lo hizo". Además, sosteniendo una bandera del Reino Unido que el joven de 27 años le había traído de regalo, explicó que éste viajó a Londres para "mejorar la vida de su familia" y que "amaba su nuevo país".

EN DOWNING STREET Estas emotivas declaraciones coincidieron ayer con la celebración de un acto de protesta en la puerta del número 10 de Downing Street, la residencia oficial del primer ministro, Tony Blair. Durante la concentración, Alessandro Pereira, primo de De Menezes, entregó una carta en la que se pide al Gobierno que ponga en marcha una investigación pública sobre los hechos.

Entretanto, una delegación del Gobierno brasileño llegaba ayer a Londres para seguir de cerca la investigación sobre la muerte de De Menezes. Brasil ha manifestado su malestar por la forma en que las autoridades británicas están llevando el caso.

La visita de la delegación brasileña, que supone una especie de crisis diplomática entre los dos países, tiene el objetivo de aclarar "una serie de hechos" relacionados con la investigación, incluida la forma en que la policía británica reaccionó después de descubrir que el brasileño era inocente.

La información, filtrada a una televisión británica la semana pasada, en la que se puso de manifiesto que la versión de la policía era falsa, causó "indignación" y "perplejidad" a las autoridades de Brasil.

Según esos nuevos datos, el joven de 27 años, abatido por la policía, no corrió ni se comportó de una manera sospechosa que pudiera llevar a los agentes de policía a creer que se trataba de un terrorista suicida, como se dijo en un primer momento.

La delegación brasileña, compuesta por un miembro del Ministerio de Justicia y un responsable de la Fiscalía de Brasil, se entrevistó ayer con el subcomisario de la Policía Metropolitana de Londres, John Yates. Mañana tiene previsto hacerlo con miembros de la Comisión de Investigación de Quejas de la Policía (IPCC), que intenta esclarecer si hubo negligencia en la actuación policial que llevó a la muerte a De Menezes.

CINTAS "EN BLANCO" Por otra parte, el contenido de las cámaras de seguridad del metro de la estación de Stockwell, donde murió el brasileño, fue la causa ayer de una nueva polémica en torno al caso. Según la prensa, la policía ha desechado las cintas que grabaron los momentos previos a la muerte de De Menezes por estar "en blanco".

Sin embargo, fuentes de la empresa que se dedica a la instalación del sistema de grabación en el metro aseguraron que no tienen constancia de que se hubiera producido ningún fallo en las cámaras de vigilancia.