El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha decretado este miércoles que todos los viernes de los próximos dos meses serán festivos. La medida se ha presentado como una posible solución a lacrisis energética que vive el castigado país miembro de laOrganización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC).

"Tendremos fines de semana largos", ha asegurado en una larga aparición en la televisión estatal en la que anunció la medida como parte del plan de choque contra la crisis. Una severa sequía causada por 'El Niño' y la falta de inversión estatal en el mantenimiento de las infraestructuras energéticas ha dado lugar a una gran crisis en el país .

LA OPOSICIÓN RESPONDE

La oposición venezolana calificó la medida de insensata y poco visionaria frente al agravamiento de la crisis que pronostican la creciente escasez de alimentos y medicinas y las tres cifras en los ratios de inflación. "Para Maduro la mejor forma de reducir la crisis en el país es reducir la productividad", ha asegurado Jesús Armas, alcalde de Caracas, tras una semana de Pascua en la que el Gobierno venezolano ya había ordenado a los centros comerciales generar su propia electricidad y redujo las horas de apertura de los supermercados.

Incrédulos, los venezolanos se volcaron en las redes sociales para quejarse. "Nos van a desmayar con formol durante tres días para tener la semana sin quejas", lamenta un usuario de Twitter, "Maduro seguirá acentuando la crisis con esta medida", argumenta otro.

Todavía no se sabe cómo afectará esta nueva medida en el sector público y privado venezolano, pero lo que sí está claro es que tendrá un fuerte impacto en supermercados, escuelas y procedimientos burocráticos. La medida será plenamente anunciada en un programa con especátuculso de canto y baile este jueves.