El verdadero 'made in Italy' de los alimentos supone unos 62.000 millones de euros anuales, según cifras oficiales. Pero una cifra cercana, 40.000 millones de euros, mueve el falso 'made in Italy' que se vende en la Place Jourdain de Bruselas, el Little Italy de Nueva York o en Barcelona.

La explicación es que los productos alimentarios italianos tienen un valor añadido de calidad. Con o sin razón -con frecuencia con ella- son considerados mejores que sus homólogos del resto de Europa y por eso imitados. En la frontera austríaco-italiana del Brennero entran a diario camiones cargados de productos sin marca, que al cabo de poco vuelven a salir con el 'made in Italy' pegado.

La parte de la torta agroalimentaria que controlan las tres mafias italianas, principalmente la Camorra de Nápoles, vale 24.500 millones de euros, de acuerdo con el último informe sobre las denominadas "agromafias", elaborado por Eurispes, Coldiretti y el Observatorio sobre la Criminalidad en la Agricultura. Los 24.000 millones forman parte de los 150.000 millones de euros que facturan anualmente las mafias, según la Comisión Antimafia del Parlamento italiano. Es decir, un volumen de negocio 40.000 millones superior al de Exor, Fiat, Chrysler y Ferrari juntos.

EL DRAMA DE LA 'MOZZARELLA'

Dentro de estas cifras se sitúa el drama de lo que en Italia llaman "el oro blanco", la 'mozzarella' de búfala. La búfala es un animal salvaje que, importado de África, los antiguos romanos ya criaban en Italia y que, sucesivamente, volvieron a introducir los Borbones en el Reino de las Dos Sicilias. Ahora hay búfalas hasta en un caserío situado al final de la pista de aterrizaje del aeropuerto de Ginebra. Sin embargo, la 'mozzarella' de búfala más cotizada sigue siendo la 'Mozzarella di buffala campana', de la región de Campania (Nápoles), principalmente en Caserta. Cuenta con la denominación de origen protegida (DOP) europea.

Si uno viaja desde Roma hacia Nápoles en trenes regionales, podrá contemplar zonas repletas de búfalas rumiando entre lodazales. Hay unos 1.000 criaderos. Ochenta queserías dos años atrás, cien actualmente.

En la zona de la DOP se producen 50 millones de kilos anuales de 'mozzarella', lo que la coloca en el cuarto puesto de la lista de productos italianos protegidos más vendidos en el mundo. El 40% de la producción termina en las baldas de las grandes superficies italianas y una tercera parte, equivalente a unos 13 millones de kilos, se exporta.

MENOS RIESGOS QUE LA DROGA

"¿Y la mafia no les molesta?". El titular del criadero no se esperaba la pregunta y quedó anonadado y sin saber qué responder. La anécdota es de los años 80, durante una visita de un grupo de informadores extranjeros a Caserta. De suceder hoy, el patrón habría podido decir que no, que las mafias no le molestan, tal vez porque él es la mafia.

El informe citado antes ilustra que el negocio de la 'mozzarella', como el de la agricultura, principalmente el aceite, ha atraído a las mafias, porque "ofrece menos riesgos" que vender droga. "Y el blanqueo de dinero es más fácil". Puede parecer, sin serlo, ciencia ficción de cuatro perras, pero en la Dirección de Investigación Antimafia (DIA), el organismo más importante de Italia contra el crimen organizado, cuentan con olfateadores de aceite y otros productos agrarios. En un instante catan las falsificaciones, mejor que una máquina.

Sin correr los riesgos de la droga, la prostitución forzada o las máquinas tragaperras adulteradas, las mafias se han volcado en los alimentos. No son los mafiosos del cliché, sino hijos de exbandidos que hablan dos o tres idiomas, han estudiado en las mejores universidades europeas e internacionales y ahora dirigen factorías de búfalas. La maldad mafiosa, según explican los expertos de la DIA y del Parlamento, se concreta de otras formas.

LECHE DE VACA OCULTA

Años atrás, las queserías de la ilegalidad importaban leche de búfala de Rumania, donde eran criadas por los mafiosos italianos, aunque se trataba todavía de un eslabón tolerable por las autoridades. Actualmente una de cada cuatro 'mozzarellas' no es de búfala, sino de vaca, circunstancia que no figura en la etiqueta. Como tampoco figura que no ha llegado a Italia en forma de leche líquida sino de cuajada, la mayoría de las veces desde Francia e Irlanda.

Los informes oficiales de Italia ilustran, además, lo que se podría llamar el "método mafioso", que comprende numerosos aspectos: el robo de animales y aperos, la destrucción de los establos de los competidores, la imposición del producto final a bares y restaurantes, soterramiento de substancias peligrosas... hasta provocar 30.000 ecodelitos en el país, según el 'Informe Agromafias' del pasado año. La consecuencia para el ciudadano-consumidor es que, desde el origen a la mesa, el producto ha multiplicado por tres su precio. Ha escrito Roberto Saviano: "Contaminar con negocios mafiosos la producción de 'mozzarella' significa comprometer una de las historias culturales y económicas más preciosas de la región Campania".

En el 2018, el sistema de alarmas de la Unión Europea alertó 399 veces a los ciudadanos sobre casos ocurridos en Italia, muchos más que en cualquier otro país. La razón es que si Europa es el continente más seguro en cuestiones de alimentos, Italia es el primero de los 28 países en controles, según ilustran el Eurobarómetro y las estadísticas nacionales. Por si acaso, los japoneses, que, que además de ser buenos gurmets, son grandes importadores de 'mozzarellas' frescas italianas, las controlan también cada día.