La renuncia forzada de Abdelaziz Buteflika, certificada por el Parlamento y el Senado, tras unas inéditas movilizaciones populares, ha abocado a Argelia a un periodo de transición incierto. De momento, ha tomado las riendas del país el presidente del Senado, Abdelkader Bensalah, de 77 años, que ayer fue designado presidente interino por el Parlamento en virtud del artículo 102 de la Constitución argelina. La elección de Bensalah, cuya principal misión es la convocatoria de elecciones presidenciales en 90 días, fue rápidamente contestada en la calle con nuevas manifestaciones de protesta.

El nuevo jefe del Estado representa a la élite poscolonial, la vieja guardia y fue uno de los principales valedores de reelegir al anterior presidente para un quinto mandato consecutivo. Ayer los manifestantes volvieron a marchar por el centro de Argel y las principales ciudades del país.