El movimiento antigubernamental tailandés espera reunirse hoy con los máximos responsables del Ejército y pedirles su apoyo para forzar la caída de la primera ministra, Yingluck Shinawatra, y la sustitución del Gobierno por un "consejo popular" no electo.

El líder de los opositores, Suthep Thaugsuban, solicitó el encuentro para exponer la necesidad de abordar reformas políticas antes de la celebración, el próximo 2 de febrero, de las elecciones convocadas por la primera ministra el lunes, tras más de dos semanas de protestas.

En un comunicado, Suthep pidió leyes justas y equitativas, abolir la corrupción y acabar con el fraude electoral y la compra de votos, y acusó al Gobierno "ilegítimo" de Yingluck de ser "el principal obstáculo a estas reformas".

"Daremos la oportunidad a los jefes de seguridad de clarificar su posición acerca de las reformas y de declarar si están preparados y con voluntad de ponerse al lado del pueblo", dijo el líder antigubernamental.

El portavoz del Ejército, Winthai Suwari, aseguró al diario "Bangkok Post" que los responsables de las Fuerzas Armadas se reunirán a lo largo del día para decidir si aceptan el encuentro, una posibilidad que rechazó anoche el jefe del Ejército, el general Prayuth Chan-ocha.

Mientras, un grupo de manifestantes retiraron la cerca de alambre que rodea la Casa del Gobierno, tras expirar el plazo dado a la Policía para que abandonara el complejo y cediera su custodia a los militares.

Decenas de personas siguen acampadas alrededor del recinto donde se encuentra la oficina de la primera ministra, quien ha pedido el cese de las protestas y ha llamado a la participación en las elecciones generales que ha convocado anticipadamente para el 2 de febrero próximo.

Suthep, por su parte, se niega a disolver las protestas, insiste en que el Gobierno actual es inconstitucional y mantiene su "cruzada" contra el "régimen de Thaksin".

Yingluck es hermana de Thaksin Shinawatra, que gobernó Tailandia desde 2001 hasta 2006, cuando un golpe militar incruento lo derrocó tras acusarle de corrupción, nepotismo y socavar las instituciones del Estado.

Desde entonces, los seguidores y detractores del exmandatario que vive en el exilio luchan por el poder con frecuentes manifestaciones y protestas callejeras que buscan paralizar al Gobierno de turno.

Yingluck entró en política en 2011 y ganó con el partido de su hermano las elecciones celebradas ese año.