Algunos de los organizadores de las protestas que han acabado con el régimen de Hosni Mubarak han decidido constituir un consejo que velara por que la revolución llegue a buen término y vigilará que el proceso de transición culmine con la celebración de unas elecciones libres y con la instauración de un Estado democrático. El nuevo consejo negociará el proceso con el Ejército, que ha asumido todos los poderes tras la salida de Mubarak.

"El objetivo del consejo es dialogar con el Consejo de las Fuerzas Armadas y conducir la revolución a través del proceso de transición", ha explicado en la emblemática plaza Tahrir de El Cairo el profesor Khaled Abdel Wader Ouda. El consejo tendrá autoridad para llamar a nuevas protestas y para desconvocarlas en función de cómo vayan las cosas, ha apuntado Ouda. La primera llamada del consejo será una convocatoria para celebrar, el próximo viernes, el triunfo de la revolución.

El nuevo consejo tendrá 20 miembros, entre los que figurarán organizadores de las protestas y líderes diversos del espectro político del país. Los organizadores están manteniendo contactos con diversas personalidades para constituir el nuevo organismo.

ACTITUD VIGILANTE

También la formación islamista Hermanos Musulmanes ha optado, tras la euforia por la caída del régimen, por mantenerse vigilantes. El grupo opositor, ilegalizado pero tolerado, ha manifestado su satisfacción con los primeros pasos dados por el Ejército hacia una transición democrática, pero lesha reclamado que procedan a las reformas de forma rápida.

En un comunicado, los Hermanos Musulmanes consideran que la cúpula militar ha adoptado una "orientación correcta para el traspaso pacífico del poder", pero reclaman, entre otros cambios, la derogación inmediata de la ley de emergencia, la disolución del Parlamento, la formación de un nuevo gobierno y libertad para la formación de partidos políticos.

Hermanos Musulmanes pide que las reformas empiecen con la derogación del estado de emergencia, vigente desde 1981, "porque coarta las libertades e infunde el miedo" en la ciudadanía. La formación también pide la disolución del Parlamento y de los consejos locales actuales porque considera que su composición es fruto del fraude, y pide la convocatoria de elecciones libres y limpias con la supervisión total de los jueces.

LIBERTAD POLÍTICA

A juicio de los islamistas, el nuevo gobierno nacional debería estar compuesto por "personalidades patriotas e independientes para que administre el país de una forma interina". De la misma forma, piden "libertad para la formación de partidos políticos sobre bases civiles y democráticas", pese a que la Constitución actual prohíbe la constitución de partidos políticos de base religiosa.

Otras de las exigencias que el grupo ha planteado al Ejército son la liberación de los presos políticos --especialmente de los detenidos por participar en las revueltas que acabaron con Mubarak--, que se cumplan los fallos de la justicia respecto a los salarios y al suministro de gas a Israel, y presentar ante la justicia a los corruptos.