Las protestas en Marruecos pidiendo que se "castigue" a los responsables de la "muerte del mártir” han tenido su primer efecto, Once personas fueron detenidas, ayer, y presentadas ante el juez de instrucción por su presunta implicación en la muerte el pasado viernes del pescador, Mohcin Fikri, de 31 años, en Alhucemas (norte de Marruecos).

El joven falleció aplastado dentro de un camión de basura donde se introdujo para salvar su mercancía que fue confiscada por las autoridades locales por ser ilegal—la pesca del pez espada está prohibida en este tiempo—. Entre los arrestados, hay dos policías y tres funcionarios acusados de “falsedad en documento público” y “homicidio involuntario”, según el comunicado del Procurador General (Fiscal) emitido a través de la agencia oficial de noticias MAP.

DESCARTADO EL SUICIDIO

Con esta acusación oficial queda descartada la denuncia del “suicido”, al que hicieron alusión las autoridades de la localidad norteña de Marruecos para evitar cualquier responsabilidad en el suceso. Sin embargo, difícil era que la tragedia de Mohcin quedara reducida a la resignación popular, con un cortejo funeral de los lugareños que se celebró el pasado sábado y que contó con la presencia del ministerio del Interior, Mohamed Hassan, y varios titulares de periódicos nacionales.

Alhucemas y la región del Rif, en general, es visto como una “zona caliente” por sus sistemáticas movilizaciones contra la marginalidad económica y social que vive la zona desde los tiempos de Hassan II, el padre del actual monarca. De hecho, el Rif fue uno de los puntos de mayor concentración popular y de descontento social durante el movimiento protesta '20 de febrero', en el contexto de las revueltas árabes. Esta vez, los habitantes tampoco se han cruzado de brazos y desde el pasado viernes han protagonizadoprotestas en solidaridad con la muerte del joven. Las manifestaciones se extendieron después a otras ciudades del país, así como Casablanca, Marraquech o Rabat.

INTRUMENTALIZACIÓN DE LAS PROTESTAS

Esta indignación social, sin embargo, se mezcla con lainstrumentalización de las protestas por parte de algunas élites políticas del norte de Marruecos que “han querido enviar un mensaje político a Rabat”, según afirman varias fuentes del Rif.

“Todos aquí sabemos que las movilizacones fueron organizadas por Elias Elomari (secretario general del Partido Liberal, PAM, próximo a Palacio) para demostrar su influencia en la región”, añaden las fuentes. El partido PAM es muy conocido porque en sus filas destacan grandes hombres de negocios y porque durante estos últimos seis años es ha erigido como la oposición más fuerte a los islamistas del Partido Justicia y Desarrollo (PJD) que el pasado 7 de octubre ganaron las elecciones legislativas por segunda vez en la historia del país magrebí.