El Gobierno chileno ha anunciado que se ha logrado trasladar a aeropuertos y pasos fronterizos de la región austral de Magallanes a más de 3.000 turistas que se encontraban varados en esa zona a causa del paro en protesta por el alza del precio del gas.
Este operativo se ha desarrollado con la colaboración de las Fuerzas Armadas y de Seguridad del país, según ha explicado el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, durante una rueda de prensa en Punta Arenas, la capital regional, a 2.200 kilómetros al sur de Santiago.
La Fuerza Aérea de Chile ha comenzado a gestionar vuelos para trasladar a viajeros desde Puerto Natales, la localidad más próxima a las conocidas Torres del Paine, hasta Punta Arenas o hasta la cercana ciudad de Calafate, ya en la Patagonia argentina.
El malestar de los turistas por los bloqueos de las rutas ha llevado a unos 250 de ellos a manifestarse en una céntrica calle de Punta Arenas y a encararse con algunos de los vecinos, aunque la tensión no pasó a mayores.
VEHÍCULOS PRIVADOS
Los vecinos han anunciado que a partir de este sábado pondrán a disposición de los turistas varios vehículos para que puedan recorrer los 20 kilómetros que separan la ciudad de Punta Arenas del aeropuerto, ya que esa ruta permanece bloqueada desde el miércoles.
Sin embargo, medios locales señalan que este sistema no ha funcionado con éxito. Los magallánicos sostienen desde el miércoles un paro indefinido en protesta contra la decisión, tomada a fines de diciembre por la estatal Empresa Nacional del Petróleo (Enap), de incrementar a partir del 1 de febrero un 16,8% el precio del gas, en esa región, donde ese combustible está fuertemente subsidiado.
El Ejecutivo ha propuesto elevar el precio del gas a partir del 1 de febrero de acuerdo a la inflación de 2010 (un 3%), y trabajar después en un proyecto a largo plazo. Ese proyecto de ley, que debería estar aprobado antes de octubre, surgiría de una mesa de trabajo en la que participarían también los sectores políticos y sociales de la región, y que p residiría el nuevo ministro de Energía, Laurence Golborne.
