Más de 300 migrantes que se asentaron en un precario campamento en el norte de París han sido evacuados hacia nuevas instalaciones de alojamientos debido a las condiciones de insalubridad en las que se encontraban viviendo los migrantes y refugiados.

Un total de 321 hombres y 14 personas vulnerables han sido atendidas y remitidas a centros donde se examinará su situación administrativa, según ha indicado la prefectura regional. Sin embargo, debido a la tensión que se ha vivido durante el desalojo, al menos 200 personas no pudieron subirse a los autobuses.

El asentamiento está ubicado debajo de las rampas de la autopista A1 y ha sido el hogar de sudaneses, eritreos y afganos durante meses. Según el último recuento llevado a cabo por las autoridades policiales, había un total de 424 tiendas de campaña donde vivían los migrantes yt refugiados que llegaron a Francia en busca de asilo.

La llegada del primer autobús provocó agitación entre la muchedumbre. "Apárte! Atrás! Empuja hacia atrás!", gritaban los policías tratando de frenar a los hombres que se aglutinaban preocupados por no tener espacio, mientras que algunos caían al suelo por los empujones de sus compañeros.

VIVIR ENTRE RATAS

Sharif, un afgano que llegó hace unos días desde Alemania, se cabrea. "Pagué 10 euros por una tienda y ahora está destruida, la policía nos está golpeando, por qué?", explica en perfecto alemán. Mientras John, su compañero somalí, añade que "la gente vive con ratas, hay al menos mil ratas aquí. Es horrible, no hay agua ni electricidad, estas no son condiciones dignas de un país desarrollado".

Cuando el último autobús se aleja, los migrantes se dispersan molestos. "Estaba el primero en la fila, pero la policía me mandó hacia atrás. Hace ya una semana que vivo aquí como un perro, quiero poder solicitar asilo", dice Kamal, un afgano de 21 años.

Abdullah contempla desilusionado el espectáculo que están viviendo. "Las personas que empujan están subidas en los autobuses, los que respetamos las reglas, no", se lamenta. "Llevo cuatro años viviendo en Francia, tengo un trabajo, nóminas, dónde voy a dormir está noche?", se pregunta el afgano, que está luchando por encontrar un hogar a pesar su estatus de refugiado.

"NEGACIÓN DE LA REALIDAD"

Regresa la calma al lugar y los policías despiden a los migrantes, mientras los servicios de limpieza arreglan la plaza. Pero tan pronto como los choches escobas han pasado, los afganos se apresuran a volver a instalar su tienda bajo los pilares de la carretera.

El miércoles, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ha denunciado una "negación de la realidad" por parte del Estado acerca de estos campamentos donde pretende instalar sanitarios y puntos de agua.

Entre 900 y 1,800 migrantes fueron registrados el miércoles en todos los asentamienos en la capital francesa. Las asociaciones temen una degradación de las condiciones con el fin del invierno. Varias ONG pretenden suspender sus intervenciones el 9 de abril para denunciar la acción de las autoridades públicas.

Por su parte, el prefecto de Ile-de-France, Michel Cadot, destacó la semana pasada el "colosal trabajo" llevada a cabo por el Estado sobre el tema con más de 2,000 migrantes asistidos desde principios de 2019.