La naturaleza tampoco ha tenido piedad esta vez con Haití. A medida que los equipos de emergencia logran acceder a puntos hasta ahora inaccesibles, va creciendo el número de muertos. El huracán 'Matthew' se ha cebado en el vulnerable país caribeño, como se preveía, y las últimas cifras facilitadas superan los 840 fallecidos. Un cómputo susceptible de aumentar durante los próximos días porque todavía hay pueblos del área rural donde no se ha podido llegar después de que el peor ciclón de la década en el Caribe, según los expertos, les dejara incomunicados.

La representante de Unicef en Haití, Marca Vincent, ha dibujado, en una frase, la situación: "Estamos lejos de tener una imagen completa de la magnitud de la catástrofe. Esperamos lo mejor, dada la situación, pero estamos preparados para lo peor".

Las elecciones legislativas previstas para el domingo han sidosuspendidas. Las prioridades, ahora, son garantizar elabastecimiento de agua potable y la distribución deproductos sanitarios básicos para evitar un brote de cólera.

Las oenegés presentes en el país ya trabajan en este sentido. Lapresencia de ayuda internacional en el país, uno de los más pobres de América, es significativa porque, seis años después, todavía trabajan en la reconstrucción tras el terremoto del 2010, que dejó Haití sumido en el caos con más de 250.000 personas muertas. Meses después, una epidemia de cólera, provocada por los cascos azules de la ONU provenientes de Nepal que apoyaban la reconstrucción, debilitaba todavía más, si cabe, el país.

ÁREA RURAL

Los distritos del sur, del área rural, han sido los más afectados; concretamente, las poblaciones de Dave Marie, Les Cayes yJeremie, destruidas prácticamente en su totalidad. Solo en la localidad de Chantal han muerto 90 personas. Cerca de 30.000 casas han quedado inservibles, hay pueblos costeros anegadospor el agua del mar y no hay conexión telefónica ni suministro eléctrico. Cerca de 175 colegios han resultado afectados y otro centenar está siendo utilizado como centros de acogida.

Las fuertes lluvias y los vientos de hasta 230 kilómetros por hora han provocado inundaciones de casas, extensiones agrícolas y carreteras. Varios puentes, en especial uno muy importante en el sur, han quedado hechos añicos. El mar se ha comido pueblos costeros enteros, los ríos más importantes se han desbordado, muchos árboles han caído y escombros han voladopropulsados por la fuerza del viento.

El hecho de que las fuertes lluvias hayan inundado plantaciones agrícolas y matado cabezas de ganado incrementa lainseguridad alimentaria en la zona, ya de por sí muy precaria. "Hay que tener en cuenta que puede producirse un aumento de los casos de cólera y malnutrición debido a la pérdida de las cosechas", ha explicado el director de programas de de Intermon Oxfam en el país del Caribe, Jean Claude Fignole.

VULNERABILIDAD EXTREMA

Más de la mitad de los habitantes de las ciudades de Haití vivenhacinados en barrios de chabolas especialmente vulnerable ante cualquier fenómeno meteorológico de cierta envergadura, ya sea un terremoto o un huracán o el brote de alguna enfermedad.

La masiva deforestación también contribuye a la vulnerabilidad. Sin vegetación, las lluvias provocan inundaciones más rápidamente. Las precarias casas de la capital, Puerto Príncipe, construidas sobre laderas, corren gran peligro cada vez que hay una tormenta y, en las zonas rurales, las plantaciones quedan sistemáticamente anegadas. La inestabilidad política y la corrupción galopantetambién constituyen un factor determinante en el debilitamiento del un país situado en el puesto 163, de un total de 188, en el Índice de Desarrollo Humano.

Las oenegés detectan los primeros casos de cólera

Varias oenegés presentes en Haití, como es el caso de Care, ya han reportado algunos casos de cólera detectados tras el paso del huracán ‘Matthew’ en la localidad de Jérémie, en el departamento de Grand’Anse, donde el 80% de los edificios han sido arrasados.

El temor a las epidemias crece en tanto los hospitales y centros de salud que se mantienen en pie están muy deteriorados. Para garantizar la potabilidad del agua se han repartido pastillas de cloro en las localidades más afectadas.