En los restos de uno de los aviones se halló hexógeno, un explosivo muy potente, utilizado en proyectiles de artillería. El explosivo es una versión mejorada del TNT, mucho más estable y menos sensible que la nitroglicerina.

Es un explosivo conocido por los rusos, ya que fue el que se encontró en otros ataques atribuidos a los separatistas chechenos.