La Unión por el Mediterráneo (UpM), paralizada políticamente a raíz del conflicto árabe-israelí, sufrió ayer otro duro golpe. El secretario general del organismo, el jordano Ahmed Masa´deh, presentó su dimisión solo un año después de haber asumido el puesto, con sede en el Palacio de Pedralbes de Barcelona. En una escueta nota de prensa, alega que "las condiciones" bajo las que aceptó hacerse cargo del secretariado "han cambiado".

Algo más explícito se mostró Masa´deh en la carta de dimisión que envió a los altos funcionarios de los 43 países miembros de la UpM, a la que ha tenido acceso este periódico, y en la que señala que la dimisión será efectiva el 28 de febrero. En el texto, el dimisionario se refiere a la "falta de apoyo financiero o humano" y recuerda que él presentó una serie de documentos que contenían una visión para el secretariado en particular y la UpM en general. "Vuestras deliberaciones, durante los últimos meses, han hecho que esta visión resulte significativamente alterada", señala el escrito.

Masa´deh subraya que el secretariado que él entrega "está plenamente operativo", pero que "las bases y el acuerdo" sobre las que aceptó "asumir este cargo, incluido el estatus y el papel del secretariado, no existen hoy". "De la misma forma, la orientación y los objetivos de este partenariado la UpM, incluidos los del secretariado, se han alejado de sus inicios en la cumbre de París del 2008".

La UpM, establecida en julio del 2008 a iniciativa del presidente francés, Nicolás Sarkozy, es un foro de cooperación euromediterránea. Reúne a 43 países --los 27 de la Unión Europea y 16 de sus vecinos-- para desarrollar proyectos en áreas de interés común. Desde su fundación, la UpM ha sido prisionera del conflicto árabe-israelí. De momento, uno de los seis vicesecretarios generales, el italiano Lino Cardarelli, asumirá las funciones de Masa´deh.