Una máscara mortuoria del emperador francés Napoleón Bonaparte fue vendida hoy en la casa de subastas de Londres Bonhams por 169.250 libras (198.000 euros, 264.000 dólares), un precio tres veces superior al estimado.

La conocida como "máscara Boys" se fabricó poco después de la muerte del militar y gobernante galo, el 5 de mayo de 1821 en la isla de Santa Elena, y se esperaba que se rematara por entre 40.000 y 60.000 libras (de 46.400 a 69.600 euros, de 62.000 a 93.000 dólares), informó Bonhams en un comunicado.

El objeto, que fue propiedad de un reverendo de la isla llamado Richard Boys, es una de las diversas máscaras mortuorias que se conservan de Napoleón Bonaparte, y fue puesta a la venta por Andrew Boys, descendiente de aquel capellán.

El responsable de la sección de Libros, Mapas y Manuscritos de Bomhams, Matthew Haley, señalo que la máscara es "un reflejo fascinante de la naturaleza del poder".

"Cuando se hizo el molde para la máscara mortuoria, el cuerpo de Napoleón había comenzado a descomponerse debido al intenso calor, por lo que sus facciones habían cambiado notablemente", apuntó el experto de la sala de subastas.

"La última imagen que tenemos de Napoleón, por lo tanto, se parece más a la de un santo que a la del hombre de acción resolutivo que se refleja en los trabajados retratos que se pintaron durante su vida", explicó Haley.

Felix Pryor, miembro del mismo departamento de Bonhams, explicó por su parte que "antes de la invención de la fotografía, hacer un molde del rostro era el único modo de conservar la imagen con objetividad".

El hasta ahora dueño de la máscara, Andrew Boys, explicó que se "sorprendió" cuando "en un funeral familiar" se enteró de que le habían dejado en herencia el objeto.

"Tardé un tiempo en comprender su relevancia y no sabía qué hacer con ella exactamente para mantenerla segura. Hasta ahora estuvo confinada a una buhardilla, pero no quiero que eso ocurra durante una generación más", explicó Boys.

En 2007, expertos franceses hicieron públicas sospechas de que otra de las máscaras mortuorias de Napoleón, que se conservaba en el Museo del Ejército de París, podría ser falsa, y arrojaron interrogantes sobre la verosimilitud de las demás máscaras que se conservan del emperador.