Cuando toda la atención en Sri Lanka estaba enfocada en la conmemoración del primer aniversario del tsunami, el país ha sido sacudido por la matanza de 15 marinos atribuida a los rebeldes tamiles. Los militares viajaban en un autobús que sufrió una emboscada en el distrito de Mannar, en el noroeste del país. La masacre pone en peligro la frágil tregua que el Gobierno y los insurgentes mantienen desde febrero del 2002.

"Hay elementos que no quieren la paz en este país", declaró Hagrup Haukland, jefe de la Comisión de Control del Cese el Fuego, que abrirá una investigación. El del jueves es el peor ataque de los Tigres Tamiles en cuatro años y un desafío para el presidente nacionalista de derechas Mahinda Rajapakse, cuya llegada al poder, en noviembre, ha encendido la mecha de la violencia tamil otra vez.

Rajapakse tenía la vista puesta en el aniversario del tsunami antes de que se produjera la matanza, y había decretado dos minutos de silencio en memoria de las 35.000 víctimas que dejó el maremoto en este país. El homenaje tendrá lugar el lunes a las 9.24 horas, cuando la primera ola golpeó la isla.

CEREMONIA EN PHUKET Los 13 países afectados por el maremoto conmemorarán la tragedia. En Tailandia, donde murieron más de 5.000 personas, el Gobierno llevará a cabo ceremonias en las provincias más afectadas (Phuket, Phang Nga y Krabi) a las que ha invitado a 1.200 extranjeros que resultaron heridos o perdieron a familiares en la catástrofe.