Theresa May podría reclamar un periodo transitorio de dos años con la Unión Europea (UE) tras el brexit, en el discurso que pronunciará hoy en Florencia. También se espera que la primera ministra británica haga una oferta económica de 20.000 millones de euros, siempre que el Reino Unido «tenga acceso al Mercado Único y a alguna forma de unión aduanera», durante ese periodo transitorio, según una fuente gubernamental citada por la BBC.

May desvelará los esperados detalles de su plan, con los que confía en desbloquear las negociaciones de salida del Reino Unido de la UE. No cabe sin embargo hacerse ilusiones sobre un futuro entendimiento cordial en la ruptura. El jefe negociador para de la UE, Michel Barnier, advirtió en Roma de que el divorcio será «doloroso, difícil y costoso». Barnier subrayó que aún existen «grandes incertidumbres» y pide a los británicos propuestas concretas «desde la próxima semana», cuando comience la nueva ronda de negociaciones.

Los miembros del Gobierno de May obtuvieron ayer una copia del borrador del discurso, apenas media hora antes de la celebración del Consejo de Ministros en el que fue debatido. Al término de la reunión, el ministro de Trabajo y Pensiones, David Gauke, insistió en la unidad del Gabinete. «La primera ministra tiene el respaldo de todos nosotros», declaró a la cadena Sky News. El consejo, que duró dos horas y media y del que, en contra de lo habitual, no se ofrecieron detalles por parte de los portavoces, pretendía buscar un consenso y ser una muestra de unidad del Gabinete en un momento crucial de las negociaciones y después de una semana turbulenta de divisiones internas.

El ministro de Exteriores, Boris Johnson, había lanzado una ofensiva en defensa del brexit duro, tratando de marcar a May el camino a seguir y aprovechando la debilidad de la primera ministra. Incluso se especuló con la posibilidad de que Johnson dimitiera. El conflicto parece haber quedado de momento en suspenso. Tras el Consejo de Ministros, Johnson abandonó la residencia oficial de Downing Street mano a mano con el titular de Finanzas, Philip Hammond, su oponente y principal defensor de los que desean un brexit pactado, con un periodo transitorio que evite crisis bruscas en el empleo o pérdidas económicas.

LA FACTURA / En Florencia, May debería precisar por primera vez la cantidad que el Reino Unido pagará por la conocida como «factura del divorcio». Al parecer ofrecerá garantías de que ningún país de la UE perderá a causa de los cambios en los actuales presupuestos por la salida del Reino Unido. Ninguno deberá poner dinero extra. El periódico Financial Times adelantó la cantidad de 20.000 millones de euros por las obligaciones presupuestarias hasta el 2020. Esa cantidad también comprendería los dos años posteriores de transición tras la salida y es una quinta parte de lo que pedía Bruselas.

De acuerdo con el diario económico, un alto funcionario en las conversaciones del brexit, Olly Robbins, que tiene línea directa con May, habría informado a Alemania de ese pago. Los portavoces de la primera ministra calificaron la información de «especulación». Sin embargo, la cifra fue confirmada por la jefa de la sección política de la BBC, Laura Kuenssberg, que citaba fuentes gubernamentales, si bien advertía que May podría en su discurso no indicar una cantidad de forma explicita. Los 20.000 millones de euros de los que se habla ahora están muy lejos de las estimaciones iniciales de entre 60.000 y 100.000 millones de euros por el tíquet de salida.

Los negociadores de la UE quieren cifras y propuestas concretas. «A pocos días de la cuarta ronda de negociaciones, la próxima semana, yo me pregunto por qué, aparte de los progresos hechos en algunos puntos, aún hoy sigue habiendo incertidumbres mayores sobre cada uno de los temas clave de la primera fase», declaró Barnier ante parlamentarios italianos.

ACUERDO RÁPIDO / «Sobre las condiciones de la retirada del Reino Unido, como para un posible periodo de transición, estoy convencido de que un acuerdo rápido es posible», aseguró. «Para ello necesitamos que, a partir de la próxima semana, el Reino Unido ponga sobre la mesa las propuestas que permitirán eliminar los bloqueos». Barnier recordó una vez más las tres exigencias primordiales antes de entrar a discutir la futura relación y acuerdos comerciarles tras el brexit: cerrar el acuerdo económico, solucionar el problema de la frontera en Irlanda y garantizar los derechos de los europeos en el Reino Unido.

En la City de Londres ya hay en peligro 10.000 puestos de trabajo en el sector bancario, con planes de ser trasladados a otros países por miedo a un brexit duro. Frankfurt es el destino favorito entre los centros financieros de Europa.