El Gobierno británico y el Partido Laborista reanudaron ayer las conversaciones sobre el brexit, después de la pausa de Semana Santa, coincidiendo con la reapertura del Parlamento. Los indicios apuntan a un estancamiento en las discusiones. Theresa May se niega a modificar sus líneas rojas y flexibilizar su posición.

La primera ministra celebró la primera reunión de gabinete después de que la Unión Europea decidiera ampliar el Artículo 50 hasta el 31 de octubre. Las negociaciones con la oposición laborista han enfurecido a un sector considerable del Partido Conservador. En la BBC, el diputado cobnservador Nigel Evans defendió la idea de que «el único camino para romper el bloqueo es elegir un nuevo líder en el Partido Conservador». El Comité 1922, de cuya dirección es miembro Evans, tenía previsto reunirse a última hora para analizar un cambio en las normas del partido para tener así la posibilidad de presentar una moción contra May. Las normas actuales exigen un plazo de 12 meses antes de la presentación de una nueva moción contra la líder y la última, que la primera ministra superó, tuvo lugar en diciembre. El comité podría aprobar la reducción de ese plazo a seis meses; es decir, hasta el 12 de junio.