Vamos a ganar hoy por ayer, vamos a ganar la nominación y vamos a ganar la presidencia". Con esta autoridad, el senador por Arizona John McCain expresó ayer su confianza en lo que las encuestas predicen: que va a salir del supermartes como el virtual candidato del Partido Republicano a la presidencia de EEUU. Un premio que a McCain le llegaría con ocho años de retraso (perdió las primarias del 2000 ante George Bush) y que, de haberse predecido hace unos meses, habría sido una sorpresa, tanto por la animosidad que el senador despierta en una parte importante del movimiento conservador como por el hecho de que en verano su campaña cayó en la bancarrota.

Pero tras vencer en Nuevo Hampshire y Carolina del Sur, todo han sido buenas noticias para McCain. Se impuso también en Florida, recibió el apoyo de importantes figuras del Partido Republicano (el último, ayer mismo, el influyente exgobernador de Nueva York George Pataki) y se ha convertido para muchos en el candidato más fiable para plantar cara a un Partido Demócrata que vive en permanente euforia. McCain aspira a ser el hombre del supermartes , pese a que Mitt Romney insiste en que va a vencer a las encuestas.

CALIFORNIA La mayor esperanza de Romney era California. Las normas de elección del Partido Republicano jugaban en su contra, ya que en la mayoría de los 21 estados donde se celebraron ayer caucus y primarias el ganador se llevaba todos los delegados. Pero el análisis político es el clavo ardiente al que se agarraba y se agarrará Romney, sobre todo si el escrutinio confirma su victoria en California.

Romney ha intentado hacer de la campaña hacia el supermartes una batalla por "el alma y el corazón" del Partido Republicano. Es decir, qué candidato puede unificar mejor todas las corrientes conservadoras, ya que ese es el punto flaco de McCain.

California es considerado un microcosmos republicano. En este sentido, los estados sureños como Georgia y Tennessee (donde Romney debe luchar por los votos religiosos con Mike Huckabee) son otra prueba de fuego para McCain. Una victoria global no sería lo mismo para él si en estos territorios no logra un buen resultado que le haga parecer un candidato de todos los conservadores.

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