Como Barack Obama, el senador John McCain tiene tres bazas a favor en Nuevo Hampshire, un territorio que domina muy bien por varios factores: la alta participación, los numerosos independientes registrados y los jóvenes. Tras sufrir una bancarrota en las finanzas de su campaña, este veterano político, que a veces nada contra corriente en su propio partido, ha logrado resucitar en este estado --en el que ya ganó ante George Bush en las primarias del 2000-- gracias al apoyo de la parte más joven del electorado conservador.

Las últimas encuestas, hechas públicas ayer, daban a McCain un 36% de los votos, frente al 27% logrado por Mitt Romney y el 10% del inesperado ganador de los caucus de Iowa, Mike Huckabee.

INCERTIDUMBRE De cumplirse estas predicciones, Romney sería el gran derrotado, ya que no se habría impuesto en ninguna de las dos votaciones pese a la ingente cantidad de dinero movilizada por su campaña y a que durante meses fue el favorito, tanto en Iowa como en Nuevo Hampshire.

Lo que está claro es que, pase lo que pase, la carrera republicana tras Nuevo Hampshire continuará tan incierta como hasta ahora. Y aún falta por aparecer en escena el exalcalde de América, Rudy Giuliani.