Para ganar la guerra hay que arremangarse. Esa parece que va a ser la moraleja de las primarias republicanas en Florida si las encuestas no vuelven a equivocarse. Arremangarse y entrar en el juego sucio como hicieron John McCain y Mitt Romney, que encabezaban los sondeos antes de la votación de ayer (cuyos resultados, al cierre de esta edición, aún no se conocían). Y arremangarse como no hizo el exalcalde de Nueva York, Rudi Giuliani, que centró todos sus esfuerzos en este estado y no compitió en los anteriores y que ayer se encontraba en caída libre en los sondeos en un lugar donde confiaba en la victoria.

McCain llegó a Florida como favorito oficioso de la carrera republicana y, de cumplirse las encuestas, saldrá, en el mejor de los casos, como favorito oficial y, en el peor, en un duelo a dos con Romney. Los dos candidatos también se han arremangado para ensuciarse las manos en una campaña de descalificaciones. Para Romney, McCain es un progresista, en referencia a sus problemas con el establishment republicano. Para McCain, Romney es un oportunista que cambia de opinión según sopla el viento. En un estado plural como Florida, el candidato que se imponga encarará el supermartes con el aura de haber logrado unificar las diversas corrientes del Partido Republicano.

CRITICAS A BUSH Por otra parte, el discurso de George Bush sobre el estado de la Unión entró con calzador en la prensa del país. El presidente intentó calmar los ánimos de los preocupados por la economía, sacó pecho por lo que considera avances en Irak e hizo una lista de temas pendientes de pactar con el Congreso.

No fue muy bien recibido. The New York Times le recordaba ayer que, tras seis años de "errores garrafales", lo único que tiene para ofrecer son dos guerras y una crisis económica. The Washington Post destacó que los temas pendientes difícilmente saldrán adelante en su último año.