Dicen quienes han trabajado con Michael McConnell, el vicealmirante retirado de 63 años que el presidente George Bush nombró ayer para sustituir a John Negroponte como Director Nacional de Espionaje, que es un hombre tranquilo, comedido, metódico y detallista. Lo saben bien algunos miembros de la Administración --como el vicepresidente, Dick Cheney, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, o el nuevo secretario de Defensa, Robert Gates-- pues McConnell trabajó con todos ellos durante la Administración de Bush padre.

Fue en esa época cuando McConnell ganó relevancia y respeto en la comunidad del espionaje, primero como principal encargado de esa tarea para Colin Powell, cuando este presidía la Junta de Jefes del Estado Mayor, y luego, entre 1992 y 1996, como responsable de la Agencia de Seguridad Nacional. Aunque en la última década se ha dedicado a la consultoría en una firma privada, asegura que nunca ha perdido el contacto con las 16 agencias que ahora deberá coordinar.