Un mes antes del ingreso de Eslovaquia en la UE, el controvertido dirigente nacionalista Vladimir Meciar, calificado en el pasado en Occidente como un "burócrata corrupto", se alzó ayer con la victoria en la primera vuelta de las elecciones presidenciales celebradas el sábado, con un 32,74% de los votos. Con su triunfo, el populista Meciar se convierte en el principal favorito para lograr la presidencia del país en la segunda vuelta, prevista para el próximo 17 de abril, en la que se enfrentará al expresidente del Parlamento, Ivan Gasparovic.

La jornada electoral tuvo como gran perdedor al ministro de Exteriores y miembro de la gobernante Unión Democristiana Eslovaca, Eduard Kukan, quien logró el 22,1% de los sufragios emitidos.

Meciar, abogado de 61 años, fue presidente de Eslovaquia en la década de los 90 y se granjeó por aquel entonces numerosas enemistades en Occidente. La exsecretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, calificó a Eslovaquia de "agujero negro en el corazón de Europa". Durante su mandato, desaparecieron centenares de millones de dólares procedentes de las privatizaciones de la era comunista.