La organización internacional humanitaria Médicos sin Fronteras (MSF) anunció ayer que suspendía sus operaciones en Irak debido a la inseguridad que reina en el país árabe. La decisión de MSF se produce cuando se cumple el plazo de 48 horas impuesto por los secuestradores de Margaret Hasan, directora de la ONG Care Internacional, para entregarla al grupo extremista del jordano Abú Musab al Zarqaui si las tropas británicas no se retiraban de Irak.

MSF, galardonada en 1999 con el Premio Nobel de la Paz, no puede garantizar la seguridad de sus miembros, tanto extranjeros como iraquís. El caos y la violencia que padece el país les impide llevar a cabo su trabajo humanitario en las zonas más castigadas por la guerra. Hasta ahora, la organización mantenía abiertos tres centros sanitarios en Bagdad, y acababa de instalar uno más en Faluya.

AMENAZAS El martes, los secuestradores amenazaron con entregar a la rehén al grupo liderado por Abú Musab al Zarqaui, responsable del asesinato de varios extranjeros si las tropas británicas no se retiran. Coincidiendo con el secuestro, tres militares británicos del regimiento Black Watch, que fue trasladado de la relativamente tranquila Basora a Bagdad, murieron en una emboscada, según el Gobierno británico. El traslado avivó las críticas contra el primer ministro británico, Tony Blair.

ALAUI, EN ITALIA Por otra parte, el llamamiento que hizo el primer ministro de Irak, Iyad Alaui, para que los países que "hasta ahora han sido espectadores" del conflicto iraquí ayuden a "construir un Irak mejor" causó polémica. El primer ministro holandés, Bernard Bot, declaró que la calificación de "espectadores" no es la más "afortunada". Alaui se encuentra de visita en Italia y ayer fue recibido en audiencia por Juan Pablo II. El Papa le pidió proseguir los esfuerzos para "restablecer la democracia".