Miles de pasajeros sufrieron ayer los efectos de las nuevas restricciones de acceso para los vehículos impuestas en los principales aeropuertos del Reino Unido. Cargados de bolsas y maletas, los viajeros tuvieron que acceder a pie a las terminales del aeropuerto de Glasgow, que fue reabierto a primera hora de la tarde.

Los restos del jeep que los terroristas estrellaron contra el aeropuerto aún no habían sido retirados cuando comenzaron a despegar los primeros aparatos. Más de 30.000 personas debían viajar durante una jornada que para muchos era el comienzo de las vacaciones. La realidad fue que menos de 50 vuelos pudieron despegar.