El presidente ruso, Dmitri Medvédev, aprovechó ayer los actos del 64º aniversario de la victoria soviética sobre el nazismo para lanzar un mensaje belicista y advertir a los adversarios de su país, como Georgia -- con la que Rusia libró una breve guerra el pasado agosto-- o a la propia OTAN, contra cualquier "aventurismo militar". Medvédev, que exigió un nuevo sistema de seguridad para Europa, presidió la mayor y más espectacular parada militar desde la caída de la Unión Soviética en 1991.

Durante su discurso en la plaza Roja, Medvédev, que cumplió el jueves su primer año al frente del Kremlin, afirmó que la victoria soviética sobre el fascismo "es un gran ejemplo y una gran lección para todos los países". En su opinión, se trató de una victoria "que sigue estando de actualidad hoy, cuando vuelven a aparecer quienes emprenden aventuras militares".

Medvédev se refería a Georgia y la guerra con Rusia por el control de la secesionista Osetia del Sur. Según la versión del Kremlin, las tropas rusas entraron para defender a sus fuerzas de paz y a sus ciudadanos cuando el Gobierno georgiano intentó recuperar el control de este territorio por la fuerza. En su discurso, el dirigente ruso advirtió que "cualquier agresión contra nuestros ciudadanos será rechazada con decisión".

PROTESTAS REITERADAS El Kremlin ha expresado reiteradamente sus protestas contra las maniobras militares que la OTAN empezó en territorio georgiano el pasado 6 de mayo. En otro de los momentos de su intervención, el presidente ruso aseguró que "un mundo en paz solo es posible allí donde se respetan las normas del derecho internacional. Es por eso por lo que Rusia ha propuesto un nuevo acuerdo de seguridad europea que se basa en el estricto control sobre los armamentos".

Las beligerantes declaraciones de Medvédev suponen un jarro de agua fría para las personas que auguraban una mejora en las relaciones con Occidente después de la llegada al poder del líder ruso. El efecto de las advertencias hechas por Medvédev creció porque coincidieron con la grandiosa demostración de fuerza militar en la que participaron más de 9.000 hombres, así como 130 equipos pesados (entre tanques, baterías antiaéreas móviles y misiles de hasta 100 toneladas) y 69 helicópteros y aviones militares.

Fue el expresidente y actual primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, el que tuvo la iniciativa de resucitar la tradición soviética de los desfiles con armamento pesado en la plaza Roja. Rusia y varias antiguas repúblicas soviéticas celebran el Día de la Victoria el 9 de mayo porque fue ese día del año 1945 cuando la URSS y sus aliados estamparon su firma en el pacto de la rendición de Alemania.

SATISFACCION Medvédev y Putin asistieron juntos a la ceremonia, visiblemente contentos por el despliegue al estilo soviético de más de un centenar de ingenios de armamento estratégico y convencional. La televisión no proporcionó ventaja a ninguno de los dos líderes rusos a los que la opinion pública percibe como un águila bicéfala.