Al menos 14 civiles murieron hoy en la provincia central de Homs, uno de los principales bastiones de la oposición siria, en una nueva ofensiva de las fuerzas leales al presidente, Bachar al Asad, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. En un comunicado, el grupo opositor, que antes había cifrado en cinco los muertos en Homs, informó de que nueve de las víctimas, entre ellas una niña de 8 años, murieron, en la capital de la provincia, por disparos de las fuerzas de seguridad.

Homs sufre un duro asedio de las tropas gubernamentales desde hace semanas, que se ha incrementado en los últimos días, lo que ha llevado a la oposición siria a pedir a la comunidad internacional que decrete la ciudad "zona de desastre" para enviar ayuda humanitaria urgente.

A los nueve civiles fallecidos en la ciudad, se suman los tres cadáveres hallados en el barrio de Al Jalediya de Homs y los dos encontrados en la localidad de Rastan, que pertenecían a dos civiles que desaparecieron anoche. Mientras, en la provincia septentrional de Idleb, al menos cuatro militares murieron en un ataque perpetrado por un grupo armado de supuestos soldados desertores cerca de la localidad de Maarat al Numan. En un suceso similar, ocurrido al este de la ciudad de Deir el Zur, murió un oficial y un soldado del ejército sirio y otros cinco resultaron heridos en choques con hombres armados que se cree son disidentes.

También se produjeron combates entre militares y supuestos desertores en la localidad de Harsata, en los alrededores de Damasco. Además, la represión contra los opositores continuó en la provincia meridional de Deraa, donde las fuerzas del orden dispararon contra los civiles que regresaban de los funerales de las tres víctimas de la víspera en Enjel. Tampoco se libró el barrio de Berza en Damasco, donde las autoridades reforzaron la seguridad y llevaron a cabo una amplia campaña de arrestos indiscriminados, después de que ayer fueran asesinadas seis personas, la mayoría durante el funeral de un opositor.

La crisis continúa en Siria pese a que el pasado 2 de noviembre las autoridades del país se comprometieron a poner en marcha una propuesta de la Liga Árabe para detener la violencia, replegar las fuerzas armadas y liberar a los detenidos que han participado en las protestas y no han cometido crímenes, entre otros puntos. Desde mediados de marzo pasado, Siria es escenario de revueltas populares contra el régimen de Al Asad que han causado la muerte de más de 3.500 personas, según las últimas cifras difundidas por Naciones Unidas.