Al menos 25 personas murieron y otras 20 resultaron heridas, algunas de las cuales se encuentran en estado crítico, debido a la explosión hoy de un artefacto al paso de un convoy de ingenieros chinos en el sur de Pakistán, informó una fuente oficial.

El estallido del artefacto, por control remoto, tuvo lugar en la carretera RCD del distrito de Hub, en la conflictiva provincia de Baluchistán, y se produjo al paso de un convoy de ingenieros chinos, según el inspector general de la Policía fronteriza de la región, el general Salim Ullah. Aunque los ingenieros chinos resultaron ilesos y fueron trasladados a un lugar seguro, el ataque destruyó al menos dos vehículos del convoy y causó la muerte de 25 personas, la mayoría policías y agentes de seguridad, según Ullah.

El artefacto, activado por control remoto, estalló "dos o tres" segundos después del paso del autobús con los ingenieros, de modo que afectó sobre todo a las fuerzas de seguridad que lo acompañaban. El hecho de que los ingenieros circularan cada mañana por la carretera RCD, que une Baluchistán con la ciudad costera de Karachi, en la región del Sindh, llevó a Ullah a asegurar que el acto era premeditado y que ellos eran el objetivo del ataque.

Ullah vinculó además la explosión a una acción de venganza por la crisis de la Mezquita Roja, un centro radical islámico en Islamabad que fue asaltado por el Ejército la semana pasada. El inicio del cerco del complejo religioso y escolar había tenido lugar tras el secuestro por parte de los radicales islamistas de seis ciudadanos chinos, a los que acusaron de "actos contra el Islam" por, supuestamente, gestionar un burdel.

Los chinos fueron liberados pocas horas después, pero ese secuestro fue una de las razones que colmaron la paciencia del presidente paquistaní, Pervez Musharraf, que ordenó el cerco a la mezquita y su asalto en la madrugada del 10 al 11 de julio.

La crisis de la Mezquita Roja ha desencadenado como respuesta una brutal ola de atentados en Pakistán, que ha causado ya más de cien muertos, hasta el punto de que el viceministro de Información dijo el martes que el Gobierno estudiaba incluso la posibilidad de declarar el estado de excepción. Horas después Musharraf descartó esa posibilidad.