Al menos 33 personas han fallecido en un ataque suicida perpetrado con un coche bomba y un posterior asalto llevado a cabo por dos hombres armados contra el cuartel general de la Policía de Kirkuk, en el norte de Irak, según han confirmado fuentes policiales.

El de hoy es el tercer ataque de envergadura de las últimas semanas en la ciudad, centro de una disputa entre el Gobierno central de Bagdad y la región autónoma del Kurdistán por los derechos territoriales y de explotación de crudo.

"El terrorista suicida detonó su vehículo frente a la entrada del cuartel y después atacaron dos hombres con chalecos explosivos, armados con AK47 y granadas, pero los guardias acabaron con ellos", informó un agente.

La mayor parte de los daños fue causada por la detonación del vehículo, que transportaba una gran cantidad de explosivos. La explosión abrió un agujero en la fachada del edificio, destruyó los vehículos cercanos y una sede cercana del Gobierno iraquí.