Al menos 35 personas han muerto y más de 1.000 se encuentran desaparecidas a causa de las fuertes lluvias e inundaciones registradas en los últimos días en el noreste de Brasil, en tanto más de 100.000 vecinos han tenido que abandonar sus hogares.

"Al inicio de la tarde (de ayer) había 22 muertos y más de 1.000 desaparecidos. Rezamos para que estén con vida, pero estamos preocupados porque los cuerpos ya comienzan a aparecer en las playas y en los ríos", dijo el gobernador de Alagoas, Teotonio Vilela Filho, a la agencia Brasil.

El estado de Alagoas es, junto al de Pernambuco, uno de los más afectados. Hasta el momento, las lluvias han destruido unas 40.000 casas, además de puentes, carreteras y vías férreas de 22 municipios estatales, según el gobernador.

"Todos los ríos de Pernambuco fluyen hacia Alagoas. Los torrentes devastarán las ciudades", aseguró. En el estado de Pernambuco, donde se ha declarado el estado de emergencia en un total de 53 municipios, 13 personas fallecieron y más de 42.000 tuvieron que dejar sus casas, de las que 18.000 fueron acogidas en refugios públicos, según Protección Civil.

RÍO DE JANEIRO EN ABRIL

Los gobernadores de Alagoas y Pernambuco mantuvieron anoche una reunión de emergencia con el presidente del país, Luiz Inácio Lula da Silva. Lula anunció que habilitará fondos para asistir a las víctimas de las lluvias y se comprometió a actuar con la "misma rapidez" que en el estado de Río de Janeiro, donde el pasado mes de abril más de 200 personas perecieron, también debido a un fuerte temporal de lluvia.

El presidente ha convocado para hoy una reunión del gabinete de crisis, en la que las instituciones locales y estatales evaluarán los daños causados por las lluvias y la forma de enviar ayuda. Según un comunicado de Protección Civil, las autoridades han repartido por ahora 20.000 cestas de alimentos, colchones y mantas para los afectados.