Las persistentes lluvias que caen desde la noche del martes en el estado de Río de Janeiro dejaron hoy al menos dos muertos y más de dos mil familias evacuadas, informaron fuentes oficiales.

Los bomberos confirmaron la muerte de un joven, horas después de que el cuerpo de un hombre de unos cincuenta años fuese encontrado en las proximidades del río Botas, en el municipio Belford Roxo, en la llamada Baixada Fluminense, situada en la región metropolitana de Río de Janeiro.

El Cuerpo de Bomberos no aclaró si se trata del cuerpo de una persona que desapareció tras caer a un río en la localidad de Nova Iguaçu.

Más de dos mil familias fueron evacuadas en la región metropolitana de Río de Janeiro, según un balance de la Secretaria de Asistencia Social, dependiente del Gobierno de Río de Janeiro.

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, ofreció al Gobierno de Río de Janeiro ayuda para hacer frente a los daños causados por las lluvias después de se inundaran amplias áreas y numerosas vías de la región metropolitana que colapsaron el transporte, al punto que el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, pidió a la población que permanezca en sus casas.

El gobernador del estado, Sergio Cabral, aceptó la oferta ofrecida por Rousseff y pidió a la mandataria el envío de artículos de primera necesidad como agua potable y colchonetas.

Tras las lluvias, algunas vías estratégicas de la capital carioca como la Avenida Brasil, una de las más importantes y extensas de la ciudad, y la Vía Dutra, que comunica a Río de Janeiro con Sao Paulo, quedaron inundadas y se produjeron diversas paralizaciones de tráfico.

Algunos delincuentes aprovecharon la situación para efectuar asaltos y saqueos a vehículos, según informó la policía. El Gobierno regional envió un mayor número de agentes para reforzar la seguridad de los conductores en el área.

Las lluvias también obligaron a las autoridades a suspender las operaciones en el aeropuerto Santos Dumont, utilizado para los vuelos nacionales, así como en algunos tramos del metro y de los trenes metropolitanos.

El transporte en autobuses públicos también resultó afectado debido a que la lluvia inundó los estacionamientos de varias empresas que prestan ese servicio en la zona oeste de la ciudad y los conductores no pudieron salir con sus vehículos.

Algunos de los municipios del área metropolitana de Río de Janeiro, como Nova Iguaçu y Japeri, declararon el estado de calamidad pública por las inundaciones que dejaron miles de damnificados.

La Alcaldía accionó las alarmas en cerca de 50 barriadas pobres en las que pueden registrarse deslizamientos de tierras o inundaciones.

Los deslizamientos de tierras registrados en Anchieta y Realengo, barrios de la zona norte de Río de Janeiro, así como en los municipios de Nova Iguaçu y Nilópolis, no dejaron víctimas.

Todo el colapso fue provocado por una pertinaz lluvia que depositó en sólo diez horas toda el agua que era esperada para el mes, según la Alcaldía.

"Cuando llueve fuerte en una ciudad grande como Río de Janeiro ocurre ese tipo de transtorno. El pedido que hacemos a la población es que, si no tiene que desplazarse, permanezca en su casa", afirmó el alcalde en declaraciones a diferentes radios.

A consecuencia de las lluvias y del colapso en el transporte numerosas personas no consiguieron llegar a sus lugares de trabajo.

La Defensa Civil tuvo que utilizar botes para retirar personas que habían quedado aisladas en áreas inundadas.

Los servicios de meteorología prevén que las lluvias proseguirán por lo menos hasta el domingo pero pueden volver a castigar la ciudad a mediados de la próxima semana, para cuando se espera la llegada de otro bloque de nubes.

El caos en Río de Janeiro obligó al Congreso Nacional a cancelar la ceremonia prevista para este miércoles y en la que le devolvería simbólicamente el mandato al fallecido presidente Joao Goulart, derrocado por el golpe militar de 1964, ya que los familiares del exmandatario no pudieron viajar a Brasilia.