Al menos cinco militares y tres civiles murieron hoy por la explosión de una mina antipersonal en la provincia de Bitlis, en el sureste de Turquía, informaron los medios de comunicación turcos. La detonación, que además provocó heridas a diez personas, se produjo en la comarca de Guroymak (provincia de Bitlis) al paso de un vehículo policial, indicaron fuentes oficiales a la cadena de noticias NTV. El ejército inició una operación en el lugar de los hechos para tratar de localizar a los autores del ataque, que se sospecha sean miembros del grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), muy activo en la zona.

Según la agencia de noticias privada DHA, uno de los civiles fallecidos es una niña de dos años, quien murió junto a su padre. Por otro lado, la agencia de noticias estatal Anadolu informó de otra explosión al paso de un vehículo militar en la provincia de Hakkari, fronteriza con Irak, en la que perdió la vida un soldado. Además, se llevó a cabo en la provincia sudoriental de Mardin una operación policial contra el KCK, el supuesto entramado urbano del PKK, durante la que se detuvo a 22 personas, incluidos un exalcalde y varios cargos electos ligados a la principal formación política kurda, el Partido de la Paz y la Democracia (BDP).

En los últimos meses, el PKK ha incrementado sus ataques contra objetivos turcos y unos 70 miembros de las fuerzas de seguridad, más de una docena de civiles y gran número de militantes kurdos han muerto en los combates. El PKK -organización considerada terrorista por Turquía, la UE y EEUU- se levantó en armas en 1984 para reclamar la independencia de los más de 12 millones de kurdos que viven en Turquía y, desde entonces, unas 45.000 personas han perdido la vida en la guerra no declarada entre el Estado turco y los rebeldes kurdos.