Entre siete y 12 personas han fallecido al reprimir las fuerzas de seguridad las protestas contra el régimen del presidente Bachar al Asad, convocadas en varias ciudades de Siria, según el activista sirio Ammar Qurabi. El Ejército había intentado impedir las concentraciones, incluso para el rezo del viernes, pero miles de personas han desoído la prohibición en la capital Damasco y en la ciudad costera de Banias para pedir la caída del régimen sirio, informó el canal de televisión catarí Al Yazira. En la ciudad de Homs, al norte de Damasco, han muerto entre cinco y diez personas, mientras que en Hama, también al norte de la capital, perdieron la vida al menos dos, según Qurabi, director de la Organización Nacional Siria de los Derechos Humanos (ONDH). El Ejército sirio se ha desplegado en distintos puntos del país para impedir la celebración de protestas convocadas en ciudades como Damasco, Homs y Banias en lo que la oposición denomina el "Viernes del desafío", una nueva jornada de multitudinarias manifestaciones contra el régimen de Bachar el Asad. Las autoridades sirias han aumentaron el número de militares desplegados en varios lugares del país y han efectuado detenciones masivas, según grupos opositores, entre ellas el líder opositor Riad Seif. Los militares han intentado impedir a los habitantes acudir a las mezquitas para participar en el rezo del mediodía. El activista y antiguo preso político sirio Yasin Saleh dijo que "desde hace dos días se ha producido un despliegue de fuerzas alrededor de ciudades como Homs, Deraa, Banias y Roskom" y que unas 300 personas fueron detenidas la víspera en la ciudad meridional de Sabaa, lo que se suma a otros arrestos efectuados en los últimos días. En Deraa, sitiada desde el pasado 25 de abril, la red opositora Sham aseguró que hay tanques y miembros de las fuerzas armadas dentro de la ciudad que impiden a la gente salir de sus hogares, y denuncia la falta de alimentos y medicinas. La organización Human Rights Watch (HRW) pidió hoy al Gobierno sirio que levante inmediatamente el sitio impuesto a Deraa y permita el acceso a observadores independientes. El régimen sirio sostiene que detrás de las protestas populares hay "grupos terroristas" y una gran conspiración internacional, y se niega a reconocer que las protestas están conducidos por ciudadanos que exigen reformas democráticas y la caída del régimen sirio. Desde el inicio de las protestas, a mediados del pasado mes de marzo, han muerto 565 civiles y más de un centenar de miembros del Ejército y las fuerzas de seguridad, según los últimos datos del Observatorio Sirio para los derechos Humanos.