Al menos un soldado murió hoy y otros cuatro resultaron heridos en los enfrentamientos entre el Ejército y "grupos armados" en Yisr al Shugur, al noroeste de Damasco, donde también fue hallada una fosa común con un número indeterminado de cadáveres. La agencia de noticias estatal siria, Sana, informó de las víctimas militares y del hallazgo de una fosa común con miembros de los servicios de seguridad en esa localidad, situada en la provincia de Idleb, aunque no cuantificó su número. Sana explicó que "la fosa fue descubierta ante la presencia de medios de comunicación árabes y extranjeros" y acusó a "grupos armados" de haber vejado los cadáveres sacados de la fosa. Asimismo, la agencia apuntó que las fuerzas de seguridad han detenido a un gran número de supuestos miembros de grupos terroristas y que se han incautado de armas. Esta mañana la televisión estatal siria había revelado la muerte de dos miembros de grupos armados en enfrentamientos contra las Fuerzas Armadas, que hoy volvieron a irrumpir en Yisr al Shugur. El asalto a esta localidad, cerca de la frontera con Turquía, comenzó el pasado viernes, coincidiendo con una nueva jornada de represión de las protestas contra el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad. En declaraciones hoy a la cadena de televisión catarí Al Yazira, el general sirio Husein Harmush anunció que había decidido renunciar a su cargo en el Ejército en protesta por las prácticas de los militares y que pasaba a ser miembro de las llamadas Brigadas de Oficiales Libres, formadas por desertores de las Fuerzas Armadas. Harmush explicó que esas brigadas, que, según él, han conseguido evacuar al 91 por cien de los vecinos de Yisr al Shugur, se han creado para defender a los habitantes del pueblo y asegurar el trasladado de refugiados a Turquía. Asimismo, Harmush indicó que el Ejército utilizó hoy "tanques y cohetes para disparar desde tres puntos contra casas en Yisr al Shugur" y que hubo resistencia por parte de las Brigadas de Oficiales Libres. La represión del Ejército en la provincia de Idleb ha obligado a más de 5.000 sirios a buscar refugio en Turquía, mientras que varios cientos más esperan en el lado sirio de la frontera. En el interior de Siria las informaciones no pueden confirmarse independientemente debido al férreo control de las autoridades que han expulsado, detenido, amenazado y torturado a numerosos periodistas. Desde mediados de marzo pasado, miles de sirios piden la introducción de reformas políticas y la caída del régimen, que por su parte acusa a grupos armados y a una gran conspiración internacional de estar detrás de las protestas.