Al menos tres personas han muerto y una decena han resultado heridas en las protestas del sábado en Perú contra el presidente Manuel Merino, que asumió el cargo hace apenas cinco días tras destituir a Martín Vizcarra. El presidente del Congreso, Luis Valdez, ha pedido la "renuncia inmediata" de Merino tras la violenta represión de estas protestas.

En un comunicado difundido en la cuenta de Twitter del Congreso peruano, se ha informado de la convocatoria de una junta directiva para este domingo a las 08.00 horas (14.00 horas en España) para discutir la sucesión de Merino. "Hay que tomar una decisión mayor, este domingo, elección de una nueva junta directiva para una sucesión constitucional", ha emplazado Valdez.

Siete de los 18 ministros de Merino ya presentaron su dimisión a última hora del sábado tras la represión policial, entre ellos el de Salud, Abel Salinas, según medios locales. El jefe del Gabinete ministerial, Antero Flores Aráoz, un político conservador de viejo cuño de 78 años, ha descartado que el presidente vaya a renunciar. "No ha considerado dar un paso al lado porque millones de peruanos lo respaldan, lamentablemente están en sus casas", ha dicho el número dos del Gobierno.

Violenta represión policial

El ultimátum del presidente del Congreso llega después de conocerse la muerte de tres manifestantes durante una marcha masiva y pacífica de rechazo a Merino en Lima, que fue violentamente reprimida por la policía con disparos de perdigones y gases lacrimógenos.

El alcalde de Lima, Jorge Muñoz, del partido Acción Popular, el mismo de Merino, también ha exigido la dimisión del presidente. También el arzobispo de la capital, Carlos Castillo, ha deplorado la represión policial. "Es esencial escuchar y atender los gritos y el clamor de la población para recuperar la confianza, la tranquilidad y la paz social", ha señalado por su parte el presidente de la Conferencia Episcopal, Miguel Cabrejos.

Sábado sangriento

El primer fallecido, un joven de 25 años, murió por disparos de perdigón en la cabeza y la cara, según ha informado la el Defensor del Pueblo, que ha denunciado el uso indiscriminado de perdigones de goma y gases lacrimógenos por parte de la policía.

La actuación policial ha sido severamente cuestionada por la ONU y organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional desde que el martes empezaran las protestas en rechazo a Merino, que ese día asumió la presidente después de que el Parlamento destituyera a Martín Vizcarra en un polémico juicio relámpago.

Sin embargo, las protestas del sábado, con marchas y caceroladas, han acabado en una jornada sangrienta. Miles de indignados, en su mayoría jóvenes menores de 25 años, se lanzaron a las calles en varias ciudades del país para pedir la renuncia de Merino, en rechazo a lo que consideran un golpe parlamentario.

Los manifestantes apoyan a Vizcarra, un político sin partido ni bancada en el Congreso pero muy popular, y cuestionan la legalidad y legitimidad del Gobierno de Merino.

Marcha masiva en Lima

La mayor marcha atrajo en Lima a miles de personas que convergieron desde distintos puntos de la capital en la plaza San Martín, epicentro de protestas en la zona histórica de la ciudad. La policía recurrió a gases lacrimógenos y gases pimienta lanzados desde helicópteros para dispersar a manifestantes que amenazaban con marchar hacia la sede del Congreso.

Los jóvenes llevaban carteles con lemas como "Merino, no eres mi presidente", "Merino impostor", "Perú despertó", y avanzaron por las calles al ritmo de batucadas y cánticos. Simultáneamente un grupo de manifestantes se acercó a los alrededores de la vivienda de Merino, al este de Lima, con cacerolas y tambores. Tanquetas militares circularon por las inmediaciones de un centro comercial del distrito de San Miguel, en la zona norte de la capital.