El nuevo mercado común europeo de equipos militares, pieza clave de la nueva política de defensa de la Unión Europea (UE), comenzó a funcionar desde la pasada medianoche sin la participación de España. Esta es la primera vez que España se autoexcluye de un proyecto significativo de integración europea desde su ingreso en la UE en 1986. Medios diplomáticos europeos atribuyeron la decisión del Gobierno de no participar en el nuevo sistema a la supeditación de la industria militar española a EEUU que se produjo durante los anteriores gobiernos de Aznar.

El mecanismo, tutelado por la Agencia Europea de la Defensa, abre los pedidos de equipamiento militar de los 22 estados de la UE participantes a las empresas de todos ellos con el objetivo de fortalecer la industria de defensa europea, reforzar los proyectos comunes y mejorar su competitividad.

"Los países europeos ya no pueden sostener individualmente una base industrial de defensa tecnológica y competitiva, por ello era necesario la creación de un gran mercado de defensa, que aúne esfuerzos y recursos", destacó el jefe de política exterior y defensa, Javier Solana.