El Gobierno de la cancillera federal, Angela Merkel, ha acordado hoy designar a Jens Weidmann como nuevo presidente del Bundesbank, el banco central alemán, informaron fuentes gubernamentales a medios locales. Weidmann, de 42 años, y hasta ahora asesor personal de Merkel para asuntos económicos, sucederá en el cargo a Axel Weber, que la pasada semana anunció su retirada del Bundesbank para abril y su renuncia a la candidatura a la presidencia del Banco Central Europeo (BCE). El consejo de ministros ha acordado también designar a Sabine Lautenschläger, hasta ahora miembro destacado de la Oficina Federal de Control Financiero (BaFin), vicepresidenta del Bundesbank y sucesora de Franz-Christoph Zeitler, que se jubila. Casado y padre de dos hijos, Weidmann es apreciado por su competencia por todas las formaciones políticas y defiende vehementemente la estabilidad del euro y los precios, además de dirigir hace tres años el departamento de política monetaria del Bundesbank. Sin embargo, la oposición socialdemócrata había criticado su posible nombramiento por el hecho de que pondría en duda la independencia de la institución bancaria al proceder de las propias filas del Gobierno. Negociador del gobierno Weidmann pertenece desde el 2006 al círculo de los más estrechos asesores de Merkel y desde el año de la crisis del 2008 conoce personalmente a los más importantes actores en los bancos centrales, los mercados financieros y los gobiernos. En nombre de la cancillera ha sido además el encargado de negociar los acuerdos del G20 (grupo de países desarrollados y emergentes), el paraguas de rescate bancario y la intervención del Estado en los bancos alemanes más afectados por la crisis financiera. Los observadores políticos han destacado estos días que Merkel deseaba resolver cuanto antes la sucesión de Weber, que le ha supuesto un revés, toda vez que su renuncia a suceder a Jean-Claude Trichet al frente del BCE deja a Alemania sin un candidato propio para la presidencia del Banco Central Europeo. El propio portavoz oficial de Merkel, Steffen Seibert, reconoció el lunes que, tras la renuncia de Weber, las autoridades de Berlín no exigen que el sucesor de Trichet "tenga pasaporte alemán", y se conforman con que comparta los planteamientos alemanes para una divisa común estable y la lucha contra la inflación.