La cancillera de Alemania, Angela Merkel, de 51 años, cumplió ayer sus primeros 100 días a la cabeza del Gobierno de gran coalición entre democristianos y socialdemócratas en medio de un gran apoyo popular, gracias a su política de "pequeños pasos" en el plano interno y a su buen debut internacional. Según una encuesta realizada por la primera cadena de la televisión pública ARD, el 80% de los alemanes están satisfechos con el trabajo realizado por la primera cancillera de la historia del país.

Esos datos fueron confirmados ayer por el instituto Forsa. Según ese centro de investigación, el 2% de los alemanes valoran su trabajo como "muy bueno", el 21% señala que es "bueno" y el 49% lo considera "satisfactorio". El 18% piensa que es "adecuado" y sólo el 7% lo tacha de "deficiente" o "insuficiente". "Si los alemanes pudieran elegir directamente a un político, el 55% de ellos votarían" por la líder conservadora, según ARD.

Los 100 días de Merkel en el poder han sido hasta ahora una luna de miel, a lo que ha contribuido la ausencia de una oposición efectiva. Pero Merkel prefiere no cantar victoria antes de tiempo. "Llevo demasiado tiempo en la política como para creer que esta situación continuará así eternamente", ha dicho.

DESEMPLEO La cancillera tiene razón, entre otras cosas por que el país mantiene sus graves problemas estructurales, que se reflejan en más de cinco millones de desempleados y en un déficit fiscal que superará, en el 2006, los límites del Tratado de Maastricht.

Además, no hay avances sustanciales en las necesarias reformas para el sistema social, y las propuestas del Gobierno para asegurar el futuro de las pensiones, prolongando la vida laboral de los 65 a los 67 años, son rechazadas por la mayoría. Los principales periódicos se han hecho eco de esta realidad en los análisis de los primeros 100 días de Merkel.