El coronavirus ha puesto en evidencia la debilidad de la UE y cuando Alemania asuma la presidencia rotativa de los 27, el 1 de julio, promoverá la solidaridad entre los socios, aseguró ayer la cancillera alemana, Angela Merkel. En un discurso ante el Parlamento, Merkel afirmó que el principal desafío para la UE es sobreponerse a los más de 100.000 muertos por el covid-19 y hacer frente a la peor recesión desde la segunda guerra mundial. Para ello, recordó la necesidad de aprobar el presupuesto comunitario y el fondo de recuperación. «La pandemia ha revelado qué frágil es el proyecto europeo», admitió la cancillera, que lamentó la respuesta «más bien nacional y no europea» de los gobiernos. La UE, dijo, se enfrenta al «mayor desafío de su historia», que implica no solo superar las consecuencias de la crisis, sino también lograr una Europa «más robusta y sostenible». Subrayó la importancia de no permitir que la pandemia conduzca a una fractura de las perspectivas económicas y al debilitamiento del mercado comunitario. Y criticó que «las fuerzas antidemocráticas, los movimientos radicales y autoritarios solo esperan a las crisis económicas para sacar provecho de ellas políticamente».